La pintora Frida Kahlo nos decía que ella también entraba en internet y que sabía lo que valen los libros y por tanto no la podíamos engañar. Amenazó con enseñarnos sus últimos bocetos mientras Tinofc rescataba de la mesa unos poemas de juventud de N. F. y dudaba en comprarlo o no; el precio eran siete euros. Barato si vale algo y caro si no vale nada, como todo en esta vida. Seguimos nuestro camino sabiendo que el viento había dejado de soplar.
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