El Rastro, otoño del 2013 |
Nocturno, el vuelo de la garza, los libros del Polaco: La educación sentimental, las madrugadas de orujo de Narayola, las librerías bestiarias (Tauro, Alcor...), la juventud en el Padre Isla: los futbolines y el bocadillo de tortilla, la poleskine de Gromov, Carvalho en Botines, las dedicatorias de los poetas fascistas, el dolor de brazo de Simenon, los libros descargados, el misterio de las ciudades que se esconden en un libro (comprado en Canarias, traducido en Ucrania, editado en Buenos Aires, prestado en León y leído en la ciudad impar), el pregón de Aldo, los poetas provincianos del Dadaísmo Jazz, los Ultramarinos ("lo más parecido a la literatura por aquí", dixit Ocramalliv), Ayesta y Bonet disfrutando de una fabada Litoral en la plaza Rynek Glówny de Cracovia, el plagio y la intertextualida de Llop, Cafe de Éxiles, Art de Vivre, el nombre real de Bombita, el pinchazo de la furgoneta de Rafa, la oca del crítico taurino, el parchís que montó el Trapero en el Albero, los cuadros de la guerra de Cuba, la tipología de los vendedores del Rastro del molinero ropavejero, La ciudad automática de Camba, los falsos Aguilar en una caja de zapatos, L. R., el azul de Rubén Darío, Kafka y el humo del chamarilero, los siete volúmenes de Faulkner (Spasavic), Un pintor hace el Camino, Vasili Tiorkin, las cajas de lata de 150 euros, la pareja incipiente conectados a la red buscando el precio de una mesa de caoba, Cuerdo, el librero de Valladolid, la música del gato negro de los Balcanes, el perchero en el jardín, el olor de la alfalfa, las radios de Marconi, la cama del fantasma de Urueña, el buho de la Tastienda, Tagaste, Titerote, Cajetilla, las chicuelinas del Pescador, los catálogos de viejo, la teoría Gromoviana de los vibradores para curar la histeria explicada por Charlus, el sueño de todo escritor: dejar su novela en las librerías de lance, los sinónimos del burro (pollino, asno, onagro, borrico, rucio, jumento...), La piel de Zapa, el mapa ultramarino (Tendido, Desguace, Escombrera, Arroyo, Delta del Danubio...), "¿qué clase de incendio eres tú?", el monólogo de Spasavic sobre Riquer, el punk de los ochenta, la ausencia de Chalequines y el Ultraísta, la voz de Dolores O´Riordan, la consulta del Dr. Enciclopedista con sus manuales de medicina interna, el sueño del zopilote, la ERE de la casa museo de Frida, las imágenes borrosas de Larsen, los aforismos del Maletilla, los artículos de Montalbán, la trapa de la Casquería Fernández, El jardín francés del Volteriano Pujol, El verano inglés del novísimo, la rueda de la fortuna, El diario de Mansfield, Las memorias del nómada, la brevedad de la dicha, Pensadores y farsantes, la primera cena de los clandestinos, el cambio de contraseña ("el saxofonista Idelfonso"), los folletines de loco del Pabellón, las trapecerías del molinero, el cine de Wong kar wai, el candelabro de Cansinos, las espantadas de Carpanta, el último disparo de Mayakovski, los paseos de Lasso, los cuentos del Conde Lucánor, Los ángeles en el Japón, La escafandra del Amanuense, la mochila del joven del Círculo de Lectores de Viena, "que viene la nube, hoy tiro la casa por la ventana, no vendemos, hoy regalamos, dos por cinco, a ver...a ver, no robar que necesito el dinero", las ofertas de la editorial El Mueble, la Odisea de Gredos, El catálogo de libros excesivos, raros o peligrosos de Tinofc Buscarini, las palabras leídas en la hoja de cortesía de un libro sobre psicópatas: "Si no hay nada más que aquello que puedes ver, entonces el mundo se presenta muy pequeño" (Elliot Smith), La sombra de los antepasados olvidados, "como hojas secas, el viento se lleva los libros", nevermore. Esta ciudad sumergida: todo nostalgia entre ruinas.
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