Si tuviéramos que localizar la siguiente estampa en el Rastro
real, lo haríamos en algún punto indeterminado de los alrededores de la
Venatoria. Si quisiésemos ubicarla en el Rastro mítico, no sabríamos cómo ni
dónde. La topografía de ese Macondo leonés, la toponimia de ese cazurro condado
de Yoknapatawpha, está sólo en la cabeza de Larsen, y nosotros únicamente conocemos
algunas (pocas) cartas de dicho atlas.
El cuaderno descifrado por el Amanuense |
MANUSCRITO (I)
Amanuense [a Gromov, arriñonado entre ringleras de libros a euro]: Hombre, cuánto tiempo... ¿Cómo
tú por aquí?
Gromov [sin interrumpir la rebusca]: Ya ves… ¿Me habéis echado de menos?
Amanuense [socarrón]: Claro, como que ya te habíamos mandado decir unas misas… ¿Has
visto a estos pájaros?
Gromov: Acabo de llegar y no he visto a nadie
aún, pero me vienes muy bien. ¿Tú conocías esta Historia de la Guerra Española (no
apta para irreconcicliables)?
Amanuense: ¿A ver? [hojeando un tomo huérfano] ¡Bah!,
sólo está el volumen de los antecedentes. Para eso es mejor El Laberinto Español de Brenan. Pero,
¿qué editorial es ésta? No me suena.
Gromov: Es argentina, Codex. Se preciaba de
editar los libros más bellos del mundo.
Amanuense: ¿Codex? Entonces será por los códices medievales miniados, es decir
iluminados a mano.
Gromov: Pero, ¿“codex” no significa “código” en latín?
Amanuense: Una cosa no quita la otra. “Códice”
es un duplicado culto de “código”, que se aplica por antonomasia al libro de
reglas de Justiniano y, por extensión, a los libros en general. Pero claro,
libros manuscritos, como todos los de la Antigüedad.
Gromov: Y de la misma familia creo que también
es “codicilo”, una última disposición añadida
a un testamento, normalmente en unas líneas escritas a mano.
Amanuense: Entonces debe tratarse de un
testamento hológrafo, que significa que todo el manuscrito es de puño y letra
del testador, para evitar falsificaciones (algo muy habitual en este tipo de
documentos).
Gromov: Siguiendo con los manuscritos, a ver si sabes lo que es un palimpsesto.
Amanuense: Gromov, no te pongas estupendo, ya
veo me quieres pillar. Eso se estudia en paleografía y viene del griego “pálin”
que significa “de nuevo” y de “psao”, rascar. O sea, que es el manuscrito que todavía
conserva huellas de otra escritura anterior en la misma superficie, que ha sido
borrada para dar lugar a la que existe actualmente. El más famoso es El Método de Arquímedes.
Gromov [irónico]: Ya veo que estás muy puesto. Pero claro, supongo que al “Amanuense”
le interesa todo lo escrito a mano. Pues, oye, entre estos cuadernos escolares he
visto una cosa curiosa [hurgando entre papeles viejos]. Aquí está, mira.
Amanuense [ojeando un antiguo cuaderno Miquelrius de tapas duras con caligrafía
a pluma]: ¿Esto es alemán?
Gromov: ¡Que va! Es catalán, pero sí, salen
algunos nombres en alemán, que podrían ser marcas de maquinaria textil. Creo
que es un libro de asientos contables.
Amanuense: Espera, espera… No son marcas de
máquinas, sino de medicamentos de la BAYER: Salvarsan, Ehrlich 914,… Y no es
una contabilidad, es un libro de seguimiento de… no lo adivinarías en la vida:
del tratamiento de la sífilis, con fecha de comienzo, posología, evolución del
enfermo, etc.
Gromov: ¡Caray, como te cundieron tus
estudios médicos en Salamanca!
[Continuará]
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