La entrada a la Cueva de Montesinos, por Doré |
CUERVOS Y GRAJOS
Son dos, breves pero muy interesantes, las alusiones
al cuervo en la primera parte del Quijote,
ambas de boca del Caballero de la Triste Figura. Hacen referencia a:
El rey Artús de Inglaterra, que anda hasta ahora convertido
en cuervo y le esperan en su reino por momentos.
En otra ocasión el Hidalgo detalla más la leyenda:
¿No han vuestras mercedes leído los anales e historias de
Inglaterra, donde se tratan las famosas fazañas del rey Arturo, que
continuamente en nuestro romance castellano llamamos el rey Artús, de quien es
tradición antigua y común en todo aquel reino de la Gran Bretaña que este rey
no murió, sino que, por arte de encantamiento, se convirtió en cuervo, y que,
andando los tiempos, ha de volver a reinar y a cobrar su reino y cetro, a cuya
causa no se probará que desde aquel tiempo a éste haya ningún inglés muerto
cuervo alguno?
El escritor inglés T. H. White, cronista de las transformaciones
infantiles de Arturo, se hizo eco de ésta en la última parte de su obra El Rey que Fue y que Será (en la que se
basó la deliciosa película de Disney Merlín
el Encantador):
El español Don Quijote, un caballero muy culto que se volvió
loco por leer leyendas de caballeros, sostiene que [el rey Arturo] se convirtió
en cuervo, afirmación que no parecerá ridícula precisamente a quienes hayan
leído nuestro humilde relato.
Por su parte, Gabriel Miró es autor de un cuento, El señor maestro, en el que el
protagonista rescata un cuervo de las manos de sus protervos alumnos:
Tú te llamarás Arturo, en memoria de otro sagrado cuervo de
remotas edades.
El final del ave, a la que prohija, es trágico, e
inspiró sin duda el de la milana de Delibes en Los Santos Inocentes, que realmente era un grajo (o así lo parece
en la película de Camus).
***************
Los grajos, parientes cercanos del cuervo, aparecen
fugazmente al comienzo del episodio de Cardenio, ya en la segunda parte del
Quijote:
Y habiendo rodeado parte de la montaña, hallaron en un
arroyo, caída, muerta y medio comida de perros y picada de grajos, una mula
ensillada y enfrenada.
Pero la mención principal es la de la entrada de Don
Quijote a la cueva de Montesinos, episodio de gran simbolismo analizado por
Aurora Egido en Cervantes y las Puertas
del Sueño. Fue inmortalizado en un grabado muy conocido de Doré, influido
sin duda por otro de Goya, el más célebre de la serie de Los Caprichos:
Y en diciendo esto, se acercó a la sima; vio no ser posible
descolgarse ni hacer lugar a la entrada, si no era a fuerza de brazos, o a
cuchilladas, y así, poniendo mano a la espada, comenzó a derribar y a cortar de
aquellas malezas que a la boca de la cueva estaban, por cuyo ruido y estruendo
salieron por ella infinidad de grandísimos cuervos y grajos, tan espesos y con
tanta priesa, que dieron con don Quijote en el suelo; y si él fuera tan agorero
como católico cristiano, lo tuviera a mala señal y excusara de encerrarse en
lugar semejante.
Finalmente se levantó, y viendo que no salían más cuervos ni
otras aves noturnas, como fueron murciélagos, que asimismo entre los cuervos
salieron, dándole soga el primo y Sancho, se dejó calar al fondo de la caverna
espantosa.
El sueño de la razón produce monstruos, capricho de Goya |
**********
[De
Gromov para Bruno Marcos “el Cuervo”, por su Suite Voltaire.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.