Oí el otro día que Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz coicidieron en los años 50 en una universidad americana y, españoles ambos, ni siquiera se hablaron.
Unos estudiantes, comentando el hecho, conjeturaban si el desapego sería consecuencia de la guerra civil. Pero otro, más avisado, les aclaró la duda: la desavenencia provenía ¡de los reyes godos!
[Piero della Biondetta]
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