Savater ha denominado a Cioran "el último dandy", pero el que se las llevaba de calle con su gabardina de cuello subido y su pitillo ladeado era Camus. Su enemistad no proviene, no obstante, de esta especial competencia, sino de las lides literarias.
Cioran consideraba a Camus "no un autor mediocre, pero sí de segundo rango". Y parece ser que la inquina provenía de que éste, cuando era lector de Gallimard, tuvo que ver con el hecho de que Breviario de Descomposición fuera preterido por la editorial y tuviera que ser rehecho tres veces por su autor. Camus, paternalista, le habría sugerido al rumano algo así como que se pusiera a hacer cosas verdaderamente intelectuales, que entrase de lleno en el camino de circulación de las ideas. No se lo perdonó, y quedaron como irreconciliables.
Cioran consideraba a Camus "no un autor mediocre, pero sí de segundo rango". Y parece ser que la inquina provenía de que éste, cuando era lector de Gallimard, tuvo que ver con el hecho de que Breviario de Descomposición fuera preterido por la editorial y tuviera que ser rehecho tres veces por su autor. Camus, paternalista, le habría sugerido al rumano algo así como que se pusiera a hacer cosas verdaderamente intelectuales, que entrase de lleno en el camino de circulación de las ideas. No se lo perdonó, y quedaron como irreconciliables.
Cuando murió el Nobel autorecusado, Emile Anti-Camus dejó escrito:
Albert Camus se ha matado en un accidente de coche. Ha muerto en el momento en que todo el mundo -y tal vez el mismo también- sabía que ya nada tenía que decir y viviendo tan sólo podía perder su desproporcionada, abusiva -ridícula incluso-, gloria. Inmensa pena al enterarme de su muerte, anoche, a las 23 horas, en Montparnasse. Un excelente escritor menor, pero que fue grande por haber carecido totalmente de vulgaridad, pese a todos los honores que cayeron sobre él.
[Piero della Biondetta]
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