Me llamó la atención la profusión de presencia bestiaria en las bonitas ilustraciones anónimas de esta edición de El barón Munchausen que El Amanuense compró anteayer. Con su anuencia y en condiciones climatológicas adversísimas (que exculparán su calidad) hice las fotos que aquí figuran literalmente metido en el maletero de su coche.
Munchausen, junto con Pickwick, es de los pocos personajes literarios que han dado nombre a síndromes médicos. Y es que ya se sabe que a veces la realidad supera la ficción, aunque las delirantes aventuras del barón parecen no tener parangón en cuanto a su inverosimilitud.
[Gromov]
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