vuelvo a la vida después de unos días postrado en la cama con fiebre,
sudores, escalofríos y tembleques (que no calambrinas). He sufrido
extrañas alucinaciones como ver a Bonilla jugando al yoyo, o a Gromov
persiguiéndome con la tibia del manco, o al Tío Quisquillas pidiéndome
que le devuelva la cámara que le robé; he recibido llamadas desde
Polonia y guasás de un maletilla y un indiano. Sin fuerzas acababa
siempre mecido por el sueño y los Remedios.
Gracias ultramarinos
(email del alucinado por el más allá)
(email del alucinado por el más allá)
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