Noli me tangere |
Cada centenario cervantino trae
consigo su quijotería. Así, hace cien años se anunció a bombo y platillo el
descubrimiento del verdadero retrato de Cervantes por Juan de Jaúregui. Es la
imagen del autor que todos tenemos en la cabeza, la que aún preside la
Academia, pese a que Alberto Blecua, hermano del director saliente, haya afirmado en su
estimable edición del Quijote que realmente es una filfa.
Hace diez años el choteo generalizado
fue para un proyecto de investigación subvencionado con dinero público para
hallar el preciso “lugar de la Mancha” de donde procedía don Quijote. Cervantes
había escrito que lo dejaba intencionadamente oculto para que la Mancha toda se
lo disputase, del mismo modo que, en la antigua Grecia, distintas localidades
se habían arrogado para sí la ciudadanía de Homero. Por no hablar sobre los
pretendidos orígenes sanabreses del propio autor del Quijote: notable majadería.
Y ahora, en 2015, somos testigos
de la última cervantería. A falta de cosa mejor que hacer y para dar mayor
lustre al centenario de la segunda parte del Quijote, un equipo interdisciplinar se dispone a entrar hoy mismo en
la cripta de las Trinitarias donde pretendidamente reposan los restos de
Cervantes. La consigna: descubrir el cadáver de un manco con seis dientes desparejados
(datos tomados del prólogo de las Ejemplares).
Muchas veces se ha hablado del
paralelismo de Cervantes con Shakespeare, cuyo conocidísimo retrato no es menos
falso que el de aquél. Tan rigurosos contemporáneos fueron, que ambos murieron
en la misma fecha del mismo año (si bien con unos días de diferencia, debido a
los distintos calendarios entonces vigentes a ambos lados del canal de la
Mancha). Pero ahora ya tenemos una clara diferencia: me refiero al cumplimiento de la
leyenda que prohíbe hollar la lápida del Dulce Cisne de Avon en la iglesia de Stradford y que Astrana Marín
reproduce en su benemérita edición de las obras completas de Shakespeare con estas palabras:
“Maldito sea quien
remueva mis huesos.”
Piero della Biondetta
[Gromov nos adelanta el tema editorial de su próximo
Bestiario: “Don Quijote zombi y otros zombis en el Quijote”. No es superchería]
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