No tiene muchos lectores, pero en todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob organizándose en pequeñas sociedades secretas. Existe incluso el rumor de que la más clandestina de las células de una de esas sociedades, celosa de que sea demasiado descubierto, viene trabajando en la sombra a lo largo de los años para evitarle una popularidad excesiva.
ENRIQUE VILA-MATAS
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