En el otoño de 1926, en una imprenta llamada "Sur", dos poetas malagueños —Emilio Prados y Manuel Altolaguirre— hacen realidad el primer número de LITORAL. Junto a ellos, toda una generación poética —pintores, músicos, tipógrafos— abren cauce a la inmortalidad de una revista, a un florecimiento en todos los campos de las artes, en la que el nombre de una generación —la del 27— se alza como el siglo de oro de la literatura contemporánea.
[malabia]
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