6 de febrero de 2021

Caída libre

 



                                  Caída libre


El moscardón hace acrobacias sobre el balcón.

El balcón de hierro forjado mide 0,84 de fondo, 1,49 de ancho y 0,93 metros de alto. Está suspendido en el vacío a una altura de 40,01 metros sobre la acera. Ella está sentada en la barandilla asiéndose con ambas manos al hierro y sobresaliéndole ligeramente los glúteos. Se le aproxima el moscardón a la cara. El manotazo lo alcanza y cae sobre las losetas. Gira frenético sobre si mismo incapaz de reanudar el vuelo. El movimiento brusco del brazo derecho hace que se distiendan las articulaciones carpometacarpianas, intermetacarpianas y metacarpofalángicas de la mano izquierda; falle la articulación coxofemoral de la pierna izquierda y como reacción se pongan en movimiento el psoas ilíaco, el tensor de la fascia lata, el pectíneo, y los aductores largo y corto de la pierna derecha. No es suficiente para mantener el equilibrio. Ella se precipita al vacío. Las inexorables leyes del movimiento rectilíneo uniformemente acelerado dictan que tarde 2,86 segundos en impactar contra el suelo a una velocidad final de - 28,03 metros por segundo.

3,6 segundos después, a 40,01 metros sobre el suelo el moscardón, una vez desbloqueados los ganglios torácicos izquierdos agarrotados por el impacto del manotazo, emprende de nuevo el vuelo, se posa en la barandilla del balcón, estira las patas, se acicala las alas, corretea sobre el hierro caliente y se lanza en picado al abismo. A punto de estrellarse contra la cara de ella hace un quiebro casi ortogonal para posarse suavemente sobre su rostro. Cuando se va deja una pequeña constelación de lunarcitos nuevos en su frente. 


[El amanuense]



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