3 de febrero de 2015

De caza por el Rastro (II)


Aledaños del Rastro, anteayer



Tenía a tiro al Zorro Plateado, acaso fuera Nival, no lo distinguía bien. Pero me vio. Aunque yo me movía con tiento, él se ocultaba arteramente, siempre había algo que lo eclipsaba (el tronco de un árbol, un montón de nieve...) y me impedía enfocarlo. Ya sólo veía, evanescente, el vaho de su aliento, ¿o eran las volutas de un cigarro? Le perdí por un instante y dejó de estar donde creía. Pero para mí que seguía por allí, mimetizado con el paisaje.

[Gromov]

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