29 de abril de 2016

Lances de Vanguardias





LOS ENEMIGOS DE LA VANGUARDIA. Y RAMÓN.


Para el éxito del discurso vanguardista fue imprescindible la entidad de sus enemigos. Una prueba más de que los enemigos son más fiables y productivos que los simpatizantes. En español quienes primero dieron noticia del manifiesto futurista fueron Rubén Darío y Amado Nervo, capitanes del movimiento modernista. Ambos alababan las ganas de ruido de Marinetti, lo destacaban como simbolista, y le reprochaban que su Manifiesto estuviese lleno, a partes iguales,  de obviedades y propuestas escandalosas. Con mucha razón le reprochaban también que se limitara a dar por inédito a Walt Whitman. En Francia el crítico de arte Camile Mauclair cargó contra "la farsa del arte viviente". Supo ver sin embargo que lo que las vanguardias traían de interesante era la recuperación de la figura del artesano, de ahí que destacara el diseño de teteras y la decoración de paredes como gran logrro vanguardista. Pero en lo tocante a lo que académicamente se suele entender por arte, para Mauclair no había misterio: se trataba de una mera operación económica que buscaba prestigiar las ocurrencias de unos farsantes para matar el hambre de una élite. Tampoco estaba mal visto. Porque algo de eso había, naturalmente. No hay que descartar, entre las explicaciones que alientan el milagro de la expansión de la buena nueva vanguardista, su condición de negocio bursatil: en la bolsa de los valores plásticos de repente empezaron a cobrar potencia aquellos insolentes salvajes. Hubo unos cuantos adelantados que supieron ver allí negocio. Maurice Sachs cuenta en su diario cómo no era raro ver en los periódicos anuncios que dijesen: "Interesado en obras de pintura de autores nuevos. Compro obras cubistas, futuristas y expresionistas". Los artistas no tenían más que llamar al interesado para encontrarse con algún marchante. 
Prueba de que a las vanguardias, al principio, la midieron y la hicieron crecer sus enemigos es la tardanza que tuvo en ser secundada en los países que iba a colonizar. En España por ejemplo. El único que prestó atención de veras a la revolución del arte nuevo fue Ramón Gómez de la Serna, que tardó un parpadeo en ponerse en contacto con Marinetti para pedirle una Proclama a los futuristas españoles. Los futuristas españoles tardaron casi diez años en comparecer desde la publicación de la Proclama de Marinetti en 1909. Pero Ramón se bastaba y se sobraba él solo: en realidad ya era vanguardista antes de que se publicara el Manifiesto. Y luego, nadie lo superó en vanguardismo. Qué raro lo que ocurre con Ramón: en nuestro canon sigue siendo -o pareciendo un autor menor- cuando -a pesar de su metro sesenta- era un gigante. Y no sólo un gigante: quizá nuestro único gigante. Es fácil de probar esto también: si se trata de descubrir qué autores de la literatura española fueron capaces de influir lejos de nuestras fronteras, yo creo que en todo el siglo XX sólo está Ramón. Ni Valle, ni Baroja, ni Unamuno, ni ninguno de los del 27 (quizá Lorca, no sé), influyó apenas fuera de nuestras fronteras. Juan Ramón Jiménez quizá llegó a influir en Colombia y México. Pero Ramón sí, sin duda, Ramón impuso su voz hasta el punto de que puede decirse sin exageración que muchas de sus grandes obras las escribieron otros: jóvenes que sentían que sus voces tenían que ser ramonianas. Ramón no escribió poemas pero el gran Poemas Automáticos de Manuel Agustín Aguirre es puramente ramoniano. Como es ramoniano todo el primer, y mejor, Girondo. Y no en vano, Alberto Hidalgo, cuando pide un prólogo a Ramón para su Química del Espíritu, lo anuncia así en cubierta: prólogo del más grande Ramón de los Ramones. POrque en España había muchos ramones -Pérez de Ayala, Juan Ramón Jiménez, Ramón María del valle Inclán-, pero quien hizo copyright de su nombre propio fue Gómez de la Serna.
Cuando Samuel Ros, ya en los años veinte, publica su libro de cuentos Bazar, el reseñista de La Gaceta Literaria escribe: "Decir de este libro que es ramoniano es no decir nada porque toda la literatura española joven es ramoniana.". Se daba por hecho que un libro joven era un libro ramoniano. De ahí que en  justicia, cuando se continúe la publicación de las Obras Completas de Ramón, si se continúa (no parece que haya público para ello), lo ideal sería que no sólo se incluyeran los libros que firmó, muchos de ellos espantados de hojarasca y ganga, sino los que gracias a él otros lograron escribir. El hombre que no tenía ángel de la guarda de Antonio Cano, por ejemplo. Roque Six de López Rubio, desde luego. Julepe de menta de Giménez Caballero. Efectos navales de Antonio de Obregón. Metro de Alfonso Jiménez Aquino. Suenan timbres de Luis Vidales. 
Para rebajarle la potencia poética a Ramón -cuyo gran descubrimiento podría sintetizarse así: aplicadle el microscopio al mundo, todo lo que hay en él es poético-, los enemigos de la vanguardia concluyeron que era un ingenuo, un autor para niños. Es un reproche que se aplicaba por extensión a toda la vanguardia, pues no en vano los vanguardistas se dieron a la algarabía de parvulario, a la fiesta de disfraces y a la creación de juguetes. Pero bueno, la etimología les daba la razón: porque ingenuo es aquel que nace libre, sin gota de esclavitud. Y si de un escitor puede decirse que demostró su libertad a raudales hasta el punto de saltar todas las tapias de los géneros para practicar con todos ellos un solo género -el ramonismo- ese fue Ramón Gómez de la Serna. 

[Juan Bonilla]

No le envidio su biblioteca a nadie


Keith Richards, con unos años de diferencia, en su biblioteca
  


En otras palabras, que no cambio la mía por ninguna otra.

[Bubble Boy]


 

Las malas lenguas


Presentación de Juegos de artificio, A. Toribios


«Yo solo compro los libros de Camparredonda; son los únicos que leo al año. Soy de ciencias, no de letras».


Visto y oído en el Musac

Caligrama místico




Me he encontrado esta mantra-estampa en un libro de autores latinos de los PP. Escolapios esta misma tarde.

Sólo apta para personas pacientes y sin presbicia.

La solución, al dorso.

                                                                                                                       [Piero della Biondetta]



Callejero




[Elías Moro]

26 de abril de 2016

Bibliofilia erótica

 


Nos presta El Amanuense la Psychopathia Sexualis de Krafft-Ebing en versión completa. Nada que ver en cuanto a variedad y profundidad de análisis con la edición que editara y prologara Berlanga, de la que ya hablamos aquí, aunque tal vez fuese ésta que ahora manejamos la que en su juventud leyera el erotómano. De ella extraemos el siguiente curioso caso.  





Observación 129: 
Bibliofilia erótica, fetichismo


Señor N. N., 41 años, procede de familia con antecedentes neuropáticos y él mismo de constitución neuropática. Era buen estudiante, nunca estuvo enfermo de consideración, sentía ya de niño predilección por los libros bien encuadernados, sobre todo por los de cuero fino y en papel satinado, porque cuando los acariciaba experimentaba una sensación de excitación libidinosa. Durante años se dio con perfecta inocencia a este juego con los ejemplares que le proporcionaban tan agradable excitación. 

Al llegar a la pubertad se dio cuenta de que aquello era inmoral y se obligó a sí mismo a dejarlo. Lo logró, pero a partir de entonces esas situaciones se le presentaban en sueños y no tardaron en ir acompañadas de poluciones. Esto empujó al muchacho, sexualmente excitable, al onanismo. Asegura haberse aliviado al principio manualmente y que al hacerlo se presentaba con regularidad el pensamiento de hojear libros y acariciar sus páginas. Al cabo de un tiempo llegó al onanismo psíquico al representarse situaciones de este tipo y lograr así el orgasmo y la eyaculación. Esto le provocó una neurastenia.
 
Afirma que por pudor y falta de libido (¡ex masturbatione et neurasthenia!) y por miedo a contagios, a fecha de hoy, sólo ha consumado el sexus biblium en la intimidad del hogar, nunca en bibliotecas ajenas

El paciente presenta los típicos síntomas de neurastenia cerebroespinal. Es de constitución delicada y anémico. Su sentimiento de dignidad anda por los suelos.

Se le dan consejos relativos a los daños derivados de su parafilia, la superación de la neurastenia y el fortalecimiento de los centros sexuales, así como a la satisfacción de la vita sexualis por medios normales tan pronto como se tengan perspectivas de éxito y resulte posible.

Epicrisis: Se trata de una especie bibliofilia a modo de fetichismo. Probablemente, las caricias a libros (con un despertar anormalmente temprano de la vita sexualis) se vieron acompañadas de una primera excitación sexual, que pudo ser provocada por sensaciones táctiles, con lo que se establecería entre ambos hechos una asociación que se asentaría como resultado de la repetición. (Zeitschrift für Psychiatrie, vol. 50).

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO

Charlus & Jupien 

 

 

Me acuerdo





Me acuerdo de la simetría radial de los arenques en aquellas cajas de madera a las puertas de los colmados.

                                               E l í a s  M o r o


Bicentenario Bestiario




Varios motivos animales concurren en el mismo libro del que trata esta entrada de aniversario. En primer lugar, el Ave Fénix, que ya apareció en nuestro Bestiario del Quijote y que fue el logo de la editorial que lo publicó, Lauro.


 

En segundo lugar, la colección en la que apareció, El Arca de Papel, que estampaba bonitos diseños animales en la encuadernación de sus títulos.




Y por último, el tema de la propia obra que nos ocupa, Señor y Perro de  Thomas Mann. Ya conocíamos de este autor La Montaña Mágica y coincidimos con el diagnóstico que hizo Fermando Savater tras su lectura:

"la gran obra de Mann se me ha antojado semejante a una colosal paella: siempre sabrosa, acumulativa y reiterativamente suculenta hasta lo adormecedor, con algunos tropiezos deliciosos para sobresaltarnos el gusto de trecho en trecho. Aunque ya estés harto, sigues comiendo compulsivamente con placer; de vez en cuando, esperando tregua, echas una mirada a la paellera y ahí sigue quedando arroz para volver a servirte, ay. Entonces uno piensa con temor que tanto y tan gran deleite nos va a llevar muchas horas de trabajosa digestión..." 




Pues bien, esta encantadora nouvelle (que lleva por subtítulo Un Idilio) es todo lo contrario. Sería comparable a una crema Vichyssoise o a unas verduritas a la plancha: todo en ella es ligero. Podría titularse Las Ensoñaciones del Paseante con Perro, y gracias a su lectura pausada en la exquisita traducción de Francisco Payarols penetramos en la idiosincrasia del mestizo Bauschan: “su vida es esperar”.

[Gromov]

 

Giralt Miracle


Imprenta moderna, A. T.




[malabia]


Ultramarinos Finos


Astorga (León)










Vaya fistro de Quijote




Según Azorín, habría que tirar a la basura todos los Quijotes en los que no viniese la aprobación del licenciado Márquez Torres.

¿Qué diría entonces el Pequeño Filósofo de éste recién aparecido, publicado de encargo por la editorial Sol 90 para el diario El Mundo, al que le faltan no sólo las tasas y aprobaciones, sino también la dedicatoria al Duque de Béjar, el prólogo del propio Cervantes ("Desocupado lector, sin juramento etc.") y las socarronas poesías laudatorias? El texto burlado es sustituído por un prefacio del inevitable Trapiello, una variación más del cuestionario Proust: ¿con qué escritor famoso se iría ud. de cañas? La respuesta, pues ya se sabe... Y luego sigue directamente el consabido "En un lugar de la Mancha...".

Hay que decir que la presentación es buena, en cartoné. El papel no es para tirar cohetes, pero está cosido.  El precio: 1 euro (ya que ni siquiera tuve que comprar el periódico, porque el cupón lo recorté de un bar).

Pero la puntilla me la puso el quiosquero cuando ya le había pagado y estaba quitando el retractilado: "Ojo, que la segunda parte saldrá dentro de unas semanas y entonces ya valdrá 9,95 euros".

Lo va a comprar quien yo me sé.

[Leo Garduña]




24 de abril de 2016

Biblioteca en llamas (novedad editorial)

         

                                                          V A G A B U N D E O S

                                                                           7



     
                          ¡Muy pronto en Galatea y en los suelos de los peores rastros!‏



Poemas Pequeño - Burgueses (novedad editorial)






¡Muy pronto en Galatea y en los suelos de los peores rastros!‏


ARS LIBRI












[Larsen]