Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Cerdos de la granjas epicúreas.
Melancólicos a fuerza de placer.
Gente muy marcada de apellidos.
Genios y figuras; balas rasas.
Menos conocidos en sus casas
que en el fondo de la barra del burdel.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Farsa de poetas y pintores,
con la obra inacabada por hacer.
Ociosos que pasean aún dormidos
el spleen de un mediodía triste.
Son la bohemia que ya no existe.
El fantasma que se vuelve a aparecer.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Dandys que aborrecen este siglo,
furibundos jacobinos de salón.
Viejos zorros, todos muy leídos,
que echan el anzuelo a sus conquistas
matándolas a versos modernistas
y duermen con Baroja en el colchón.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Cisnes filosóficos de estanque
que se saben observados y lo están.
Tal vez sólo quieran ser queridos,
tan sensibles como son de suyo.
De mí no saben con qué orgullo.
Hasta el punto de ponerles un altar.
Mis amigos...
Quiero deciros lo que somos todavía,
nosotros a esta fecha,
a fecha de este día.
De esta noche, de estas calles,
de este tiempo nuestro aún.
De esta botella que tenemos en común.
Mis queridos, amados, carnales, cabrones, amigos.
borrachos distinguidos.
Cerdos de la granjas epicúreas.
Melancólicos a fuerza de placer.
Gente muy marcada de apellidos.
Genios y figuras; balas rasas.
Menos conocidos en sus casas
que en el fondo de la barra del burdel.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Farsa de poetas y pintores,
con la obra inacabada por hacer.
Ociosos que pasean aún dormidos
el spleen de un mediodía triste.
Son la bohemia que ya no existe.
El fantasma que se vuelve a aparecer.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Dandys que aborrecen este siglo,
furibundos jacobinos de salón.
Viejos zorros, todos muy leídos,
que echan el anzuelo a sus conquistas
matándolas a versos modernistas
y duermen con Baroja en el colchón.
Mis amigos:
borrachos distinguidos.
Cisnes filosóficos de estanque
que se saben observados y lo están.
Tal vez sólo quieran ser queridos,
tan sensibles como son de suyo.
De mí no saben con qué orgullo.
Hasta el punto de ponerles un altar.
Mis amigos...
Quiero deciros lo que somos todavía,
nosotros a esta fecha,
a fecha de este día.
De esta noche, de estas calles,
de este tiempo nuestro aún.
De esta botella que tenemos en común.
Mis queridos, amados, carnales, cabrones, amigos.
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