No daremos nombre a un queso o a un teorema, pero pocas cosas podían hacerme más ilusión que tener "mi propio vino" sin necesidad de doblar el lomo para vendimiar: en concreto, esta edición limitada de la Rioja Alavesa, reserva 2015.
Solar de Samaniego me pidió, además, garrapatear un brindis para la etiqueta: "No hay botella que se merezca el olvido, porque no hay descorche que no sea celebración, ni hay vino que deje de hablarnos al corazón y de alegrarnos. El vino puede ser una forma de belleza, pero no hay botella que no mejore al compartirla, ni hay copa que no mejore tras brindar. ¡Brindemos!" IGNACIO PEYRÓ
[Malauva]
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