Buenas, señor mío. Al ver la fotografía de una biblioteca en su blog (entrada titulada La insoportable levedad del ser), me acordé de esta cita -que tuve que buscar, no crea-, de Canetti:
En toda biblioteca doméstica se presentan rimeros de libros, imponentes, como acantilados cortados a cuchillo. Delante, suelen aparecer montones más pequeños, a la manera de colinas medrosas por la tutela de columnas egregias plagadas de títulos trascendentales. Y siempre, no sé por qué, frente a esas colinas, hay dispersos objetos de diferente naturaleza: postales, marcapáginas, recuerdos, dibujos... que no se sabe si están ahí por desidia, por abandono o porque no encuentran su lugar entre los libros, de más prestancia y fuste. Son como bañistas que buscasen en las rocas cobijo del sol que abrasa y no perdona.
Que le vaya bien el verano
Sr. Quintano
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