Mirar atrás

 

En el buzón de ayer, un adelanto de los ejemplares de autor de "Mirar atrás" (Newcastle, 2023).

Los textos de este libro -que en esta ocasión vienen enriquecidos con algunas viñetas de la ilustradora María Ñíguez- forman parte de un proyecto de escritura de la memoria que va camino ya de tres décadas y que comenzó tras leer en la revista "El Urogallo" (creo recordar que en el nº 1) algunos recuerdos de Georges Pérec, un autor por el que siento gran admiración.

Con este pequeño volumen, son ya tres en mi caso los que recogen esta manera de decir y contar: el primero ("Me acuerdo", de la luna libros, 1999), tiene también la doble autoría de un por entonces jovencísimo Daniel Casado; el segundo, con el mismo título y editado por Calambur en 2009, recoge una edición muy ampliada de los textos propios del anterior.

Os dejo una pequeña muestra de este:

Me acuerdo de unas vacaciones de verano en las que me leí un montón de novelas de misterio de Agatha Christie en aquellos libros de la Editorial Molino. 

Y de Miss Marple y Hércules Poirot, sus infalibles detectives.

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Me acuerdo de un cráneo mondo de oveja que encontré en un muladar en medio del campo extremeño y que luego convertí en una especie de escultura que conservo en mi biblioteca.

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Me acuerdo de que siempre he detestado las muñecas de porcelana porque me dan un miedo difuso, inexplicable, sin motivo aparente. 

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Me acuerdo de algunos nombres de partes del cuerpo humano: esternocleidomastoideo, páncreas, duodeno, nervio parasimpático, falange…

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Me acuerdo de que el abejaruco, ese hermoso pájaro migratorio y multicolor, excava sus nidos en paredes de tierra.

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Me acuerdo de cuánto me gustaba el té frío con canela. Hubo una época en la que iba casi a diario a un local donde no tenía ni que pedirlo: me veían aparecer por la puerta y empezaban a prepararlo.

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Me acuerdo de que una vez quedé finalista en un concurso de poesía; con el importe del premio, y entre otras cosas, me compré un microscopio de aficionado que aún me acompaña.

>Elías  Moro