Vuelven LAS PALABRAS DE LA TRIBU

REGATEO CONTUMAZ

-Te doy un euro por este libro

-Tres.

-Ni para ti, ni para mí: dos.

        -Para ti, dos será su precio. Pero no para mí.

-Pues, ¿cuánto es lo mínimo que aceptarías?

         -Te lo he dicho: tres.

-Yo me he movido del primer envite; muévete tú también.

-No paro quieto un momento.

-Venga, lo echamos a cara o cruz.

-Vale, pero el que gane se queda la moneda.

-Toma (le tiende un euro), lanza tú.

-A ver: cara, dos; cruz, tres.

-Ni hablar: cara, uno y cruz, tres. Y como te quedas la moneda si ganas: cara, uno; cruz, dos.

-Pero si dos ya me los dabas sin echarlo a suertes…

-Y lo mantengo.

-Vale, pues dámelos y llévate el libro.

-Te daré uno, y con el de lanzar son dos.

-A ver, el euro de echarlo a cara o cruz es ya medio mío, por pura ley de probabilidad del 50% de caras y cruces. Entonces dame uno y medio más, y en paz.

-No me líes, de dos no subo.

-Pues entonces yo de tres no bajo.

-Entonces no hay nada que hacer: devuélveme mi euro.

-Sólo medio tuyo, mientras estemos en tratos.

-Bueno, pues se me ocurre otra cosa: en vez de tirar la moneda, se tira el libro al aire. Si cae abierto, me llevo el libro y la moneda. Y si cae cerrado, te los quedas tú.

-Pero entonces me juego el libro contra un euro ( que es casi medio mío, insisto). Me parece muy poca ventaja. Pon otro euro más y lo hacemos. Al fin y al cabo estabas dispuesto a poner dos euros, ¿no?

-Sí, pero por el libro en mano, no por jugármelo. Incluso apostando, antes, si perdía, al menos me llevaba el libro, aunque más caro. Ahora, si pierdo, no sólo no me llevo nada, sino que tengo que pagarte.

-Eres tú el que lo ha propuesto, no yo.

-Venga, como no estoy dispuesto a soltar más de dos euros, lanza ya el libro de una vez…

[El docto Spasavic]