21 de diciembre de 2017

Paseos por Berlín









En «Paseos por Berlín» Hessel, tras haber vivido en París, centro de la modernidad, regresa a la ciudad de su infancia en condiciones de apreciar su reciente y acelerada modernización. El nuevo «flâneur» no merodea por las afueras en busca de la naturaleza, ensimismado, sino que está volcado hacia todo lo que le rodea, desde el centro a la periferia, pero no hacia lo aparente ni tampoco hacia lo monumental. En el complejo e inabarcable Berlín, Hessel recuperó «el dulce desorden del cuarto infantil». El orden del desorden, la acumulación, gracias a la sorpresa del hallazgo inesperado, obró el milagro de convertir cualquier cosa en un pequeño tesoro, en un regalo.




[El Replicante D(igital)]

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