13 de noviembre de 2015

"Para toda la vida, aunque sea amarga"

              



LA POESÍA DE DOHMS

Si quieres, hombre, en el mundo,
no ser un sujeto inmundo,
no tengas prisa en nacer
ni dejes que, sin querer,
te saque la comadrona.
¡El mundo es una encerrona!
Puedes creer al  poeta,
que muchas veces se inquieta
y en buenos líos se mete.
Robado al Fausto de  Goethe:
“el hombre solo es fraterno
si está en el claustro materno”.
Y luego está el padre estado
para hacerte desdichado.
Él te impone coacciones
con leyes y prohibiciones,
lo que le importa es que pagues
y, acaso, que no te embriagues.
Así vives oprimido
y completamente hundido,
y si intentas olvidar
lo que tienes que aguantar,
con tu vino o tu cerveza,
te da dolor de cabeza.
Y entonces llegan los años
y acaban con tus redaños,
te rechinan las junturas
y andar despacio procuras,
la cabeza te flojea
sin tener ninguna idea...
Y así, de golpe y porrazo,
has doblado el espinazo
y te han dado ya el zarpazo.
En fin, como despedida:
¿qué es el hombre?, ¿qué es la vida?
Ya nuestro Schiller decía:
“No es ninguna gollería”.
Yo te digo, sin embargo,
que es un trago muy amargo:
el palo de un gallinero,
para no ser muy grosero.


(Oído hace muchos años, sin localizarlo hasta hoy: lo recita Franz Biberkopf en Berlín Alexanderplatz





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