El apócrifo menú de aniversario confeccionado por Larsen |
[ El día después del simposio (que en griego significa “banquete” y que en nada tuvo que envidiar al platónico ni por la conversación ni por las viandas) es domingo de Rastro. Con el frío y la nieve todo está a medio gas, por lo que para matar la mañana los de Ultramar se reúnen y comentan su pasado encuentro con los de Onirocrisis.]
*******APÓCRIFO********
Larsen: Bueno, ¿qué tal la comida de ayer?
Gromov: Todo muy bien, pero me ha costado
Dios y ayuda metabolizar la cecina de chivo; es un plato muy contundente.
Bombita: Gromov, es que comes como un cavador…
No tienes fondo.
Amanuense: Pues a mí no me pilláis en otra tal:
ni se habló de fútbol ni de mujeres.
Tinofc: Las cosas que hacen feliz la vida…
Gromov: Hombre, fue interesante porque nos
salimos un poco del círculo de nuestro ombligo y hubo tangencia entre los Ultramarinos
y algunos de los Onirocríticos.
Amanuense: Tal como lo cuentas parecen seres
mitológicos, como los Centauros y los Lapitas.
Larsen: Ya, pero esos acabaron a ostias, mientras que entre nosotros y ellos hubo bastante buen rollo. Ahora
bien, una cosa tenéis que saber: me dijeron que no se tragan lo que se escribe aquí.
Me insinuaron, con buenas palabras, eso sí, que todo es apócrifo.
Gromov: Bueno, eso se puede tomar de dos
maneras: apócrifo como ignoto, oculto o escondido; o bien apócrifo como falso. Ambos
significados se le han aplicado a algunos evangelios y a los libros
deuterocanónicos de la Biblia, pero no os quiero aburrir con exégesis.
Larsen: A mí no me disgusta la idea de ser apócrifo,
o de que lo que escribimos lo sea, vaya… Buena parte de la obra de Borges es
pura impostura y eso no le quita valor; al contrario…
Tinofc: Y algunas de las más conocidas
poesías de Bécquer son apócrifas de Iglesias Figueroa, que metió de matute
las suyas entre las originales.
Gromov: Entonces, ¿qué pasa?, ¿que esto que
estoy diciendo yo ahora en realidad no lo estoy diciendo? A lo mejor es que yo
no existo, o si existo, sólo es en el sueño de los Onirocríticos.
Bombita (pellizcándole): Existes, Gromov; y si no tendríamos que inventarte…
Amanuense: A mí no me disgustaría el ser yo, o lo
que se me atribuye, pura ficción. Nabokov decía que Anna Karénina era más real
que muchas de las mujeres que él mismo conocía. Pero prefiero la idea de
pertenecer a algo clandestino o esotérico, como los miembros de los círculos
pitagóricos o las sociedades secretas de la antigüedad, con sus claves y
códigos para unos pocos iniciados.
Bombita: Pues yo creo que esos Ornito..., bueno, como se digan, nos
han calado de pleno. Porque todo lo que decimos es falso.
Gromov [lógico]: Pero si todo es falso, incluido eso, entonces es verdad.
Bombita [A Gromov]: Que no, que lo que yo digo es que los
ultramarinos mentimos siempre, como cosacos.
Amanuense [A Bombita]: Pues eso lleva a lo que dice Gromov. Lo mismo afirmó Epiménides
acerca de los falaces cretenses: pero el caso es que él mismo también lo era.
Bombita: El qué, ¿cretense o cosaco?
Tinofc [riendo]:
No, ultramarino; de la otra punta del Mare Nostrum.
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[De las analectas del inverosímil Spasavic]
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