17 de abril de 2015

Las malas compañías


El Rastro, primavera de 2015




En el delta, con los primeros destellos del día, el polaco examinaba el menaje de cocina de la vecina de Ivanka. Después de revolver todo se llevó unas vinajeras de acero con pulverizador, diseño escandinavo.
El joven del círculo iba repartiendo a los clientes preferentes los fascículos de la colección de Historia 16 para hacer sitio en su mochila a la casa de muñecas que se había comprado.

Ante la ausencia del último Panero Tinofc dirigía la orquesta ultramarina. Tiró de catálogo y nos leyó los últimos títulos comprados: Bazar de lecturas de Luna Borge, El buscador de maravillas (Los Encantes), Después de tantos desencantos. El trapero para espantar la mala envidia nos habló del libro Lucidos bordes de abismo donde Villena contaba sus correrías poéticas con los Panero y sus chaperos.
Despúes de pasar por Reto donde nos trataron como lo que somos, caballeros de fortuna, abrevamos en el desengaño. Allí Garcilaso descargaba una caja, leía un poema y vendía un sobre de sulfato. Tinofc, olvidada la calambrina, esta vez le dio la risa boba y con cada libro que pescaba más se le desencajaba la mandíbula. Los reteles los llenó con todos los autores que venera en el altar de su altillo: Ferlosio, Azorín, Muñoz Rojas, Lezama Lima aleteaban con Teglen y Marías. A su lado Larsen mantenía el tipo de duro con una novela negra Las malas compañías. El trovador de la églogas debido al desembolso hecho (más de treinta euros) le puso la insignia de la bandera cubana en la solapa. Con la alegría del campeón de mus se iba el polaco con su banderita ondeando por el camino quincallero

En la escalerilla reposaba el Amanuense; nos contó que había estado pegando la venda con el galerno triglicérido. Al llegar al tendido vimos al poeta de la intemperie, arropado por la sombra, con un poema manuscrito en una mano y con la otra espantado a las musas.”Ya estáis todos, ¿no ha llegado el Cronista de Indias? Os voy a leer mi último poema dedicado a un vaso de cristal que me regalaron ayer". Recitaba sus versos como si estuviera en la Residencia de Estudiantes ante Juan Ramón y Lorca.
El trapero le dijo: ”suena muy Brines (el iluminado le arreó un empujón y no le dejó hacer la foto del poema). El próximo domingo te traigo la botella de vino para que termines el díptico”.
Nos habló de Luis Santana, un poeta secreto de Valladolid  (no lo conocía ni Tinofc) que milita en el teatro Corsario. Su poesía hecha con el hilo de la cotidianidad  tendría buena cabida en las publicaciones Ultramarinas según el botillero Tertuliano. Mientras nos contaba la historia el vate polaco con la risa del carajillo de la raposa soltaba, de vez en cuando, unos versos al aire que cubrían la chatarra de un misterio desgastado, y que ayudaban al poeta a tomar aire y seguir dándole al carrete. Como un sonido de ultratumba escuchamos: “escribir no consuela”, “la transparencia indebida es mi bandera”, "en el agua dejo mi destino escrito”, “mi ilusiones dormitan en un campo de retama”, “mi vida es un pecio”. Vimos que el polaco estaba más sembrado que un campo de amapolas.
"¿Para cuándo tu diarios? Le podríamos llamar Cuaderno de notas", Tinofc le soltó la liebre al galgo salmantino. "Tengo más de cuarenta cuadernos donde el caos ordena las palabras, los números de teléfono, las recetas, los romances de cojo, las citas callejeras. Todo un mundo de sincronicidades que no hay por donde meterle mano.Veremos qué hago".

De Galatea el polaco le trajo a Larsen el cartel de la Feria de Libro de Sevilla (diseño del vanguardista Bonilla) y el librito del Pregón de Benítez Reyes dedicado por el escritor de El arte del yo-yo al trapero.
En la acera dejamos a los dos linotipistas tratando de averiguar el tipo de letra utilizado en ese crucigrama de cartel.





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