10 de diciembre de 2013

Bestiario del Quijote (IV)

El castor (castor fiber), en el Buffon




[Don Quijote acaba de espantar a un barbero que ha abandonado una reluciente bacía con la se protegía de la lluvia y que el caballero de la Triste Figura ha confundido con el yelmo de Mambrino]

Don Quijote dijo que el pagano había andado discreto y que había imitado al castor, el cual, viéndose acosado de los cazadores, se taraza y harpa con los dientes aquello por lo que él por instinto natural sabe que es perseguido.
                                                                   (Cervantes, Quijote, capítulo xxi de la Primera Parte) 

Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro, publicado entre las dos partes del Quijote, es más crítico con tal estrategia disuasoria :

Quando [el castor] se ve perseguido de los caçadores, alcançando por natural distinto le persiguen por los testículos, que son a propósito para ciertos remedios en medicina, se los corta, y con esto escapa la vida. Pero Sextio, diligentíssimo autor en verificar semejantes cosas, niega ser posible, porque este animal tiene los testículos pegados y assidos al espinazo y muy pequeños. Bien es verdad que entre las ingles tiene dos tumores, cada uno del tamaño de un huevo de ánsar, en medio de los quales está el miembro genital, y por esta causa están reputados comúnmente por testículos. Estos, que son a modo de bolsas, le embaraçan quando va huyendo, y por esso se los corta.


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[Gromov, viejo joven castor]
 

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