10 de marzo de 2014

Poesía


La revista de Gonzalo Armero, poesía en sentido lato



[El Tendido, 8:20 de una mañana primaveral.  Ante unas cajas de libros se afanan Tinofc y Gromov. Éste acaba de ajustar un abultado lote de catálogos de fotografía primorosamente editados con textos, entre otros, de la santísima trinidad de la B: Benjamin,  Barthes y Berger. Aquél ha sido más comedido, pero también más certero en su pesquisa. Entonces aparece Larsen.]



Larsen: [mirando por encima del hombro la pilastra de Gromov]: ¡Bah, catálogos de fotografía, no los quiero ni ver!

Gromov: ¿Y eso por qué? ¿No la consideras un arte?

Larsen: ¿Hace falta que te conteste? A la fotografía, sí; pero es que estoy harto de los escritos teóricos que acompañan las fotos: son pura pretensión.

Gromov: Pues también con las fotografías y necrológicas de esta semana sobre la muerte de Leopoldo Panero Jr. daba para hacer todo un catálogo. Llama la atención la repercusión mediática que ha tenido, tanto en periódicos de tirada nacional (hasta cuadernillos han sacado) como en blogs de medio pelo; para lo que es un poeta, quiero decir. Aunque me temo que mucho de lo publicado era de oídas.

Larsen: Tú cállate, Gromov que de poesía no tienes ni idea.

Gromov: Claro, y tú lo sabes todo y tú lo decides todo, porque tú eres el juez supremo… en tu pequeña Larsenlandia.

Larsen: Yo no me considero ni juez ni parte de nada. Pero para la poesía hay que tener disposición, incluso una cierta predisposición… que te es ajena. Lo tuyo es la erudición, aunque ya sabemos que toda tu “culturilla” la  has sacado memorizando las cartulinas del Trivial Pursuit.

Gromov: No creo que lo que tú llamas despectivamente “erudición” sea incompatible con la auténtica poesía. De hecho, muchos de los primeros escritos especulativos de occidente, los de los presocráticos, eran poemas, aunque hoy sólo se conserven fragmentos suyos. Recuerdo especialmente uno muy sugestivo:

El ave es sobre todo fuego.


Larsen: Sí, a veces basta una sola línea de poesía para condensar lo que de otro modo sería casi inexpresable.

Gromov: Pero yo no me refiero únicamente a ese misticismo de lo inefable. En la poesía popular, a veces, hasta esa misma línea donde estaría la clave de todo, sobra. Fijaos si no en el fragmentarismo del romancero:

Yo no digo mi canción

sino a quien conmigo va.

Pero la canción en sí nos es hurtada, y es eso precisamente lo que le da un encanto especial al romance.

Larsen: Me da igual si hablamos de filósofos como Heráclito o Parménides, o de locos, como Hölderlin o el ex-interno de Mondragón y tantos otros. Lo definitorio de la poesía (y eso vale también para la anónima) es el acto supremo de creación en cualquiera de sus formas.

Gromov [a Tinofc, que mira ensimismado el humo de su cigarrillo]: Oye, tú que eres sin duda el que de los tres mejor podría haber dicho algo, no has chitado.

Tinofc: Es que hay veces es mejor estarse callado. Ninguno de los dos tenéis ni idea. Muy interesante la conversación, pero confundís el culo con las témporas. Vosotros, pipiolos, de lo que habláis no es realmente de poesía, sino de poética. Y si no entendéis lo que digo, es inútil que os lo explique.




[Spasavic, ut pictura poiesis]



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