| Me gusta cuando los vendedores encienden sus hogueras (Gromov) La hoguera es parte del pasado; ahora, ya estufa de butano (Larsen) | 
**************************
G-   ¿Me lo has traído?
L-  Sí, lo tengo en el
maletero; luego te lo paso. Pero antes de llevártelo, tendrás que firmarme un papel
de que te lo presto.
G-  ¡Venga hombre!  Entre
nosotros eso no hace falta.
L-  Es por si la diñas y aún no me lo has devuelto. Para
poder  reclamarlo.
G-   Joder, no lo dirás en serio.
L-    Yo con estas cosas no bromeo.
G- Vale, supongamos
que la palmo y no hay constancia del préstamo. En esa eventualidad: ¿Qué
sentirías más? ¿Perder tu libro o haber perdido a un amigo?
L-  Efectivamente, el libro es  mío; pero lo de que seamos amigos lo dices
tú. 
G-    Eres como el director
de orquesta Harnoncourt, que una vez le preguntaron qué haría si dependiera de
él: si salvar un hombre o una sinfonía de Mozart. Y adivina lo que eligió,
montando un gran revuelo.
L-     Me lo imagino. El ser humano está sobrevalorado.
G-    Pero es que tu caso
es aún más grave, porque ya no se trata de una obra, sino de un puto ejemplar.
L-   Tengo más relación
con algunos libros de mi biblioteca que con mucha gente que me cruzo y saludo
diariamente. Y a ti, que te veo como mucho cada dos semanas, te concederé la
categoría de “conocido”.
G-    ¿Es eso lo que piensas de mí?
L-     Yo no pienso en ti.
G-  Tú sí que das
qué pensar: ya no sé si tu proverbial mala hostia es natural o impostada. 
L-    Pues piensa mal y acertarás.
[Spasavic] 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.