Cervantito, que nada te quito
Confiado quedé en que mi réplica haría rescatar el seso al cervantito, mas veo errado el tiro y ya me malicio que no es tarea fácil trocar penco en Marengo. No quisiera alargar la pelotera pero hay mucha razón en que lo haga por cuanto no pienses que si callo otorgo. No me hieren tus diatribas, antes las tomo a zumba, chiquilicuatri de las letras leonesas.
Truco vil empleaste al poner unos capítulos gratis en el etéreo y reservarte los postreros para que vieran la luz en letra impresa, todos revueltos, en tu obrilla. Procurabas así embelesar a los lectores y que después prestos corrieran a llenar tus bolsillos de dineros. Ja, ni se leyeron los primeros ni los postreros y se fueron tus bolsillos tan vacíos como vinieron.
En cuanto a Malabia editor también eres ingrato con él. Lejos de darle mieles por procurarte una segunda oportunidad le arrojas tus hieles, no por quedarse con tu peculio, como pretendes hacernos creer. Muy al contrario, es al enterarte de que cuando La declaración de Larsen vea la luz, pretende el editor regalar un ejemplar de los sobrantes (que los hay) de Dakovika cuando ponga aquél en circulación. Ya es manía la tuya con las gentes que te dan segunda ocasión.
Y esto dejo dicho.
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