| 21 nov 2023, 19:03 (hace 23 horas) | |||
Hoy he descubierto mi capacidad anticipatoria, de la que no tengo título ni diploma, ni la tenía por una de las funciones inteligentes de cualquier ser humano, aunque sí de determinados individuos muy estudiados, con capacidad de relacionar tantas cosas de tantos tiempos y con tal profundidad que podían adelantar procesos, actos e incluso algunos azares. Tal es así que esa facultad ha sido deseada, envidiada, en su caso, que la imaginación se la ha entregado a cualquier personaje ficticio que la necesitara para desempeñarse en la narración, literaria o fílmica, en la que se diera su existencia, en su mundo.
Y es que, leyendo la introducción a un conjunto de artículos cuyo tema es la abstracción1, encuentro un párrafo dilucidador dentro de un discurso, digamos, más abstruso -para no redundar- y que dice así:
Lo que una vez fue el retrato de un individuo concreto y con nombre propio2, es hoy una abstracción de lo que retrata a otros muchos, en el pasado y en el presente, cuando lo contemplamos desde el presente. La persona concreta en la que se inspiró el cuadro acaba siendo una irrelevancia olvidada.
En el proceso, solo el personaje representado adquiere relevancia, ya que resulta descriptivo y representativo de muchos otros personajes similares. En este sentido, la persona representada no es ya importante, dado que es una obra abstracta que representa a otros muchos personajes similares.
Hace unos meses me retraté yo mismo, sin que hubiera ninguna razón para ello, salvo la de dejar constancia del placer que sentía en un momento de mi paseo más o menos cotidiano en un lugar bastante familiar sin ninguna relevancia de belleza u otras que lo señalaran, en un ambiente agradable. (Quizás, la razón que se me ocultaba, es que acababa de cortarme el pelo radicalmente y quería dejar constancia de ello.)
Después de manipular las fotos en cuanto a encuadre, color y collage, me gustó el resultado y tuve ocasión de enviarla, junto a otras, para su publicación en un espacio digital (a día de hoy no ha sido publicada); me pareció que tenía poco sentido publicar un autorretrato sin que vinieran a las mentes de quienes lo vieran palabras como ego, soberbia, y otras, así que me esforcé en ponerle un título que desviara hacia otro lugar el interés, el título es: Autorretrato antes de que sea tarde.
Ahora sé que ya era tarde, ese de la foto no soy yo, es una abstracción, mejor o peor traída pero abstracción. Tal vez sea mejor así, ya no me reconozco, me ha crecido el pelo.
1Amelia Gamoneda & Marta Curieses (eds.): Abstracción. Palabra, Sonido, Imagen. (Abada, 2023)
2Se refiere a Retrato de Juan de Pareja (1640) de Diego Velázquez.
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Se agradece el rito(juego)de la abstracción biográfica, me has alegrado la tarde.Sigo (h)ojeando el pie de página.
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