28 de febrero de 2014

Las malas compañías



El Rastro, invierno del 2014




Quien iba a decirle a Tinofc que en el Rastro se iba a encontrar con el maestro de su pueblo, Villamarco, en unas memorias que él mismo escribió. En el breve libro, (el autor  no quiere contarlo todo), señala algún relato que nos habla de una época que sólo hemos conocido por los libros como casi todo. "Estabamos en la pensión cuando nos avisaron que se acercaban los falangistas; tuvimos que quemar todos los libros por miedo a las represalias. ¿Cómo luchar contra la barbarie de la ignorancia?"
Todos los domingos recibimos las mismas amenazas del Galateo:  "Que me traigan más libros que si no quito el cartel del escaparate. Dakovika se vende mejor que los churros de Santa Ana. Nunca  este escritor (Bruno Marcos) tuvo tanta resonancia con un libro en esta ciudad de provincia. ¿Será por el romanticismo sórdido, por el vértigo de los tejados, los ladridos poéticos de Karerino, la ausencia de Vokislav o por  el oráculo de Garnach...?".
No sé como salió a colación los poemas de la calle que regala la librería Casquería de Madrid, tal vez, porque el trapero nos recordó que la antología poética de Raros del tiempo (próxima publicación de manual de ultramarinos), que dirije el Cuervo de la Corredera, empezaba a recopilar los poemas de esos poetas esquinados.
La buena temperatura hacía que el Desguace pareciese un zoco de jubilados y marroquíes. Entre dos furgonetas que tiraban la quincalla por la ventanilla apareció el joven del Círculo de Lectores para enseñarle al cinéfago Trapero El diario de una cámara de N. Almendros, aunque no se lo vendió porque lo quería leer, le dio el soplo de un asentamiento de rumanos gallegos debajo del puente.
Nos acercamos un poco desorientados. El paisaje lo formaba una furgoneta llena de cachivaches y una  acera sembrada de bolsas de distintos tamaños, papeles, guías telefónicas, planos de ciudades lejanas... el rumano te preguntaba que buscabas mientras te iba mostrando un reloj de cuco, una bandeja de porcelana y un sombrero de explorador; a su lado una Medea anciana, cubierta con unas sayas negras, extendía sus manos como raices para cobrar. El Polaco, ausente de la pulpería, quemaba los días con la lentitud con que subían sus volutas al limbo de los tipógrafos. El Trapero, arrastrado, exhumaba un plano de Lisboa y otro de Buenos Aires entre tanto objeto inútil; sin haber estado en esas ciudades conocía todos sus rincones por el sonido de las palabras de Ricardo Reis, los cronopios y los conjurados de la Recoleta. Buscó sin esperanza el plano de la melancólica Uruguay, pero el cansancio hizo que levantase y soltase amarras.
Los Ultramarinos académicos encabezados por el abad Gromov, el sacristán Fray Amanuense y el monaguillo Bombita (no ha llegado el carnaval) se encontraron con los Ultramarinos rastreros: Tinofc y Larsen en su sidecar Hélices. En un momento de distensión el Ruso fue objeto de escarnio público: "Nos invades de animales el blog", "el academicismo está echando a perder el blog","falta la rata en el bestiario del rastro", "el blog ha perdido frecura"...
A la vuelta del Tendido unos gitanos descargaron los libros de la sede del Círculo de Lectores: El abracartas, Hasta que te encuentre, El accidenteVida y destino, este libro se lo llevó el Ruso para retroalimentar el vicio, aunque quiso comprárselo el Inspector Ocramalliv, al final desistió con un "monedita con monedita se paga".
 Como el Ultraísta  todavía estaba zascandileando por el Desagüe nos acercamos al Desamparo para saludar a Demóstenes que hacía tiempo que no sabíamos nada de él. Al vernos llegar preparó en un momento un recital de poesía para vencejos: recitó La flor del Gnido (de carrerilla mientras aceleraba con el pie izquierdo), La encinaCórdoba lejana y sola, y terminó citando a Voltaire: "El vino hay que beberlo de pie, humilde y acompañado". 
Nos destapó las cajas de libros y como si fuera un pesebre, los Ultramarinos inclinaron la cerviz y abrevaron su sed. El Orador nos enseñó sus poesías rural-místicas, escritas en un periódico local. De los restos del naufragio salvamos las Memorias de la diabólica Sinoret y Los pueblos de Azorín. Los ochenta céntimos que nos pidió por el primer libro era un homenaje a un vendedor de su pueblo (según sus palabras), en el segundo libro, subió el precio a dos euros ("hay que revalorizar los clásicos castellano que están muy devaluados"). Al final nos regaló el ejemplar de la actriz francesa por la superstición de la primera compra ("si se rechaza al primer cliente, mal día de ventas").
En el Puesto de los Irreverentes volvieron a salir los libros serios, a la vez, llegaba Tinofc presumiendo de los cinco volúmenes de Ortega comprados al ultraísta. Gromov le recordó que esos libros se los había reservado hace un rato. Tantos años en estos suburbios y todavía es un pardillo. Norma básica del rastrero: "Si reservas algo, págalo, y si no, olvídate a la vuelta".
Volvimos al furgodesván, más por encontrar un paisaje ultramarino que había visto el eslavo en un tomo del Filósofo de Occidente que por desfacer el entuerto de quién tenía la razón vital. No apareció el texto invertebrado ni hubo alianza entre Polonia y Rusia. Ha vuelto la guerra fria.
Quiso mediar el berciano de Camponaraya en el conflicto y ofreció al pistolero más rápido un Quijote novelado. El Amanuense, un enamorado de Madame Caso, que parece que está en La Vecilla, pero que siempre está sintonizado, le dijo al escribano: "Apunta eso para las malas lenguas".
La mañana no dio más de sí. Cada pardal regresó a su nido.



26 de febrero de 2014

Academia de vírgenes



Una temporada en el infierno



Casi virgen es una novela apócrifa ideada por Orwell en su etapa de librero de lance, de la que ya hablamos aquí anteriormente (cf. Orwell y los libros de viejo). Pese a la fama de pesimista de este autor, siempre nos han hecho mucha gracia algunos de sus golpes, como este impagable título. Y cómo no recordar, por afinidad del tema,  El inspector de vírgenes (y otras pérdidas) de Torbado. O las "abundantes vírgenes de tiempos pasados, vírgenes por exelencia, que venían de áridas provincias" (Pereira dixit, aunque cito de memoria)...  

Nos ha venido todo esto a la mente al oir en un acto solemne el Gaudeamus Igitur, el himno universitario por excelencia, donde al lado de pomposos versos como Vivat Academia, vivant professores y Alma Mater floreat, quae nos educavit, aparece la inesperada estrofa:

Vivant omnes virgines,
faciles, formosae
vivant et mulieres
tenerae, amabiles...

Vivan todas las vírgenes,
fáciles, hermosas!
vivan también las mujeres
tiernas, amables...

A continuación vemos cómo esta cuarteta, que pone de manifiesto los orígenes goliárdicos del poema, ha sido aviesa o pudorosamente distorsionada según el caso (no hay que saber mucho latín):


 

[Charlus & Jupien: dedicado a los aristarcos que dicen que este blog se está volviendo muy académico]


25 de febrero de 2014

Bestiario del Rastro (y XIII)



Los Más Preclaros Especímenes de la Rastrosfera

y XIII

La coda a esta animalística relación la constituye el propio Rastro considerado en su conjunto. Se le suele comparar a un microcosmos, una especie de representación en miniatura de acciones y pasiones que, de hecho, son universales. Pero el Rastro es algo más que un teatrillo: es un ser vivo cuyo orgánico crecimiento ha visto en ocasiones amenazada su continuidad, aunque incluso bajo ocasionales conatos de desaparición ha sido capaz de abrirse camino y desarrollar mecanismos autónomos de regeneración.

Sí, el Rastro es un animal polimorfo que, debido a distintas circunstancias adversas, ha sido acosado y objeto de varios éxodos, aunque en todos los casos se ha revuelto frente a sus detractores y atacantes, haciendo valer sus recursos para asegurarse la supervivencia. Es notable su proteica mutabilidad y capacidad de adaptación al sistema desde los márgenes (o incluso al margen) del mismo sistema.

Podríamos entonces comparar al Rastro con el Ave Fénix, epítome de aquello que perdura reinventándose... O con la Hidra, que se reproduce a partir de los muñones de sus heridas... Incluso con la Salamandra, que resiste al fuego y restaña su propia sangre... Pero, ¿no suena todo ello a tópico, a pura retórica?...

Por eso vamos a concluir este Bestiario de otro modo. Queremos hacerlo recordando a Ramón Gómez de la Serna, quien tanto y tan bien habló del Rastro y su variopinta fauna (viva y disecada), y que incluso llegó a dotar de alma a su “montón de cosas”. Lo consideraba un lugar de imágenes y de asociaciones de ideas, como ésta tan impensada y pintoresca: “...Animales, monstruos, mandarines, sacerdotes, guerreros, todos mudos, descreídos, curados de su exceso de poder, penetrados de la aplastante veracidad que es bóveda de la llanura…”. Y confiesa:

"Donde he sentido más aclarado el misterio de la identidad del corazón a través de la Tierra ha sido en los rastros de esas ciudades por que pasé, en los que he visto resuelto con una facilidad inefable el esquema del mapamundi del mundo natural".
 
 
HIC EXPLICIT BESTIARIUS RASTRI
 SIVE 

MAXIMI PRAECLARI SPECIMENES RASTROSPHAERAE
  
GROMOVIO GRAVITER ET LABORIOSE SCRIPTUS

 LEGIO VII – VALLIS OLETUM


ANNO DOMINI MMXIV

24 de febrero de 2014

Postales ultramarinas#03






[malabia]


Nosotros los solitarios



Poema de J. C. Llop

Las malas lenguas




El Rastro, invierno del 2014




- ¿De qué es esto?
- La chatarra siempre es hierro.




Oído en el Rastro



Bestiario del Rastro (XII)

 

 Los Más Preclaros Especímenes de la Rastrosfera


XII


Rata


Ya habíamos cerrado este registro bestiario cuando, independientemente, desde distintas instancias, se nos llamó la atención sobre una imperdonable omisión. Una entrada que no debería faltar en un repertorio de seres rastreros: nos referimos al "rata", (no confundir con el académico "ratón de biblioteca", que raramente se ve por estos pagos).  

Pese a nuestra argumentación de que ciertas características de este múrido se pueden asimilar a algunas del buitre, del hurón e incluso de la urraca, fuimos convencidos de sus rasgos distintivos, y ello nos decidió a completar y añadir esta breve reseña.

A diferencia las especies citadas, el rata (Rattus rattus) puede estar tanto del lado de los compradores como del de los vendedores del Rastro; más aún, ocasionalmente, a veces en una sola mañana, un mismo espécimen muta y ejerce uno u otro rol según conveniencia, a fin de lograr el máximo aprovechamiento con la mínima contrapartida. Pues su primordial objetivo es la plusvalía (lo que comunmente se conoce como "ratear"), de modo que cuando tiene ganacia enfilada, no para mientes por nada.  

Cabe señalar que también tienen ansias rateriles incluso los propios gendarmes del Rastro, cuando hacen valer las tasas municipales a machamartillo, y pegan el hachazo sin consideraciones sobre si la mañana ya casi ha expirado, el día está lluvioso o el objeto del mercadeo es pura bagatela.

Tal vez se entienda mejor lo que queremos decir si consignamos otros apelativos, nada cariñosos, con que se conoce a semejantes bichos: "husmias" y "cutres".

[Frenología: cráneo oblongo y plano, con suturas perfiladas; Fisiognomía: ojos pequeños, orejas retráctiles, cejas y bigotes lacios, boca sin fondo, multiplicidad de dientecillos. 

[Gromov]  
  

21 de febrero de 2014

Las malas compañías



El Rastro, invierno de 2014



Tres cajas de cartón de Roberto Álcazar y Pedrín, Baroja y su familia de Austral arropados en las manos del Hidalgo del Torío, la feliz ausencia del Ilustrado y su primo jacobino Robespierre, la obsesión zoofílica de Gromov, el juez con dos bolsas, la perplejidad de Vinilo Vitrubio ante tanta quincalla de galería, el retraso del inspéctor Ocramalliv al lugar del crimen, la epístola moral De consolatione del Trapero, el Ultraísta picoteando en Macondo, el humor de calderilla del gitano de Palencia, la omnipresencia de Bataille, la locura de Artaud, el color de la serpiente en el rostro de Valente, Ocnos, La mescalina de Michaux, el Impresionismo alemán, el bendito caos de Pollock, La sinagoga de los Iconoclastas, la humedad de la Revolución Sandinista, la Mortaja de Ullán, la posición de las estrellas en la bóveda celeste desde  el Astrolabio de Colinas, Las Actas del congreso sobre el Fascismo, los guiones de la nouvelle Vague, Godard al final de la escapada, los excesos de Fassbinder, el volumen 2 de la Historia del cine de Gubern, El materialismo del televidente Gustavo Bueno, Las crónicas taurinas de Vidal, todos los artistas muertos reposando en el cementerio de Comala, la Historia del erotismo, Mallarmé a puerta Gayola, la ternura de la Strada, La dolce vita de Fellini, el sonido de la pistola de Mayakovski, la vuelta al trigo: el vicio de lo barato, Deleuze invitando a unos churros, la sobriedad de los hermanos lituanos tasando su vinoteca, los arrieros Maragatos, la Estética de Rubert de Ventós, "Para hacer una película sólo se necesita un pistola y uuna mujer" (JLG), la alegría nihilista de Ciorán, los comienzos de Pretextos en sus ediciones precarias, el Greco en el Rastro, la brevedad de los días de Nipoeresas, la desaparición de las obras completas de Stalin, una postal del pintor exhumado por el doctor Mabuse, el Poun Sterling como marcapágina en las Iluminaciones de Rimbaud, "son sólos libros" (aforismo polaco), la amabilidad del Amanuense intentando librar de la carga de un lote de libros al desconfiado de Larsen, la tranquilidad desesperante del Berciano de Camponaraya, la ubicuidad de Eugenio d'Ors y Marquina en el Valle de JosafatHistoria del surrealismo de Nadeu, La barbarie con rostro humano en el bolsillo de la americana de Henry-Levy, De Astudillo a Moscú de Arconada, Lovecraft y sus Viajes al otro mundo,  (M. H.) "Amar es un oficio acaso odioso como el odiar: morir en Alicante no es saltar a la comba. En adelante, toda cárcel tendrá de viento un poso" (JMU)  el vámpiro de Lang persiguiendo a Breton...
Decía Borges que se imaginaba el Paraíso como una biblioteca.

Poesía Visual Española



Mercadillo de Burgos





























[Ulises Lima]