Recuerdo que los noticiarios del día de Nochevieja del reciente año pasado no se cansaban de decir que en éste quedaban libres los derechos de Unamuno, Maeztu, Muñoz Seca, y los más apetecidos: Lorca y Valle-Inclán, entre otros autores que murieron antes o en los prolegómenos de la Guerra Civil.
Los herederos del último de los citados frustraron (al menos que yo sepa) dos ediciones de las obras completas de su ilustre ancestro: la propiciada por el Círculo de Lectores, que salió inconclusa, y la de RBA-Instituto Cervantes, en quiosco, que se anunció en su día en el folleto informativo, pero que nunca llegó a aparecer. (También RBA quiso sacar quiosco a Baroja al completo: ¡ja!, sus herederos ya estaban curtidos en ganar pleitos millonarios por copyright).
Bueno, pues ahora, a degüello. El Grupo de Investigación Valle Inclán de la Universidad de Santiago de Compostela, que creo que se ha quejado en ocasiones de no tener acceso a los archivos familiares del autor gallego, propicia los carísimos volúmenes de la (no benemérita) Biblioteca Castro. Ya han salido tres (el que no corre, vuela).
¡Que bien hice comprando en su día mis dos tomos de Rivadeneyra!
[Garduña]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.