3 de junio de 2017

El fin de algo, DAVID LOSS (UltramarinoSound, 2017)




El fin de algo, DAVID LOSS (UltramarinoSound, 2017 ).
David Loss: Guitarras y voz Raoul Klebach: Guitarras en “Estación” y “Nada” M. Ramone (León): Máster




Las canciones de David Loss se mueven en ese sutil espacio que confirma lo que no ignorábamos de antemano, a saber: que la música popular moderna puede estar cargada de una honda y reconcentrada poesía. Ya nos lo había advertido Bob Dylan, pero también Cat Stevens, Tom Waits o Lou Reed, por citar algunos. Aunque a raíz del Nobel al de Minnesota hay quien parecía dudarlo.

Tras algunos discos en inglés, como Empty Shell, Highway Rivers o Primer, David Loss nos ofrece ahora, bajo el título de El fin de algo ocho temas acústicos, con sonido lo-fi, cantados íntegramente en castellano en los que, con un estilo a medio camino entre el crooner, el bluesman y el cronista urbano, plantea sutiles reflexiones llenas de una profunda carga emocional. En ellas demuestra que no es necesario un armazón muy complejo para crear buenas canciones. Bastan tres acordes, cosas que decir y sentimiento para hacerlo. Así, la voz y la guitarra de David Loss  nos llegan desde el otro lado del Atlántico mezclándose con los sonidos de la metrópoli neoyorquina para hablarnos de las pérdidas, la fragilidad y los miedos. “Tu vida es vitrina de un mundo que se hace pedazos / Y tú eres más polvo de vidrio que piedra de mármol” nos dice el tema que abre y da título al conjunto. Pero también se hace eco de la perplejidad ante el paso del tiempo, de lo fútil de las palabras como vehículo de expresión o de las inhibiciones que nos limitan y que, a veces, condicionan y coartan toda creación artística, como sugiere en “Los modales heredados”. En ocasiones no desdeña la ironía, como en “Huir”, para hablar de ese deseo de escabullirse de la realidad propio de todo flâneur urbano. En otras evoca esa indefinible llamada de la eternidad que nos mantiene vivos sin que sepamos muy bien por qué, ese “extraño poder” que “nos atrae […] y nos hace sobrevivir”, como nos recuerda en “Los hechos”. Y, como no podía ser menos, aparece también el eterno tema del amor, presentado a través de la intimidad, la ternura y el erotismo en “Te quiero besar”. 

Sin embargo, conviene aclarar que, pese a tratarse de un ramillete de temas acústicos, estas canciones de David Loss combinan la sensibilidad intimista con la que están interpretadas con la pulsión propia del rock, como en Nick Cave, Billy Bragg (aunque sin la carga política de este) o Michelle Shocked (cómo no recordar aquel The Texas Campfire Tapes, de 1986, registrado también con sonido lo-fi en un magnetófono casero). Buena prueba de todo esto la tenemos en el tema que cierra el conjunto, “Nada”, todo un himno al nihilismo que bien podría estar firmado por los Stooges de Iggy Pop y que recrea nuestras propias limitaciones, nuestra propia levedad, al decir en una de sus estrofas:



“todo lo que hemos visto no es nada

todo lo que hemos oído no es nada
todo lo que hemos leído no es nada
todo lo que hemos pensado no es nada”.


M. Ramone (León)

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