8 de mayo de 2016

Tópicos






Mientras veía los Simpsons a solas, aquella noche, creí que soñaba con mi nueva compañera de trabajo, una despampanante rubia casi perfecta, sin apenas defectos físicos aparentes, si acaso algo caidito el traserito que diría el delicado Flanders, pero apetecible –me pondré tópico y cursi- igual que fruta recién madura. 

Pensé que soñaba con apretarme fuerte contra su esternón, abrazar su cintura, acariciar –sigo cursitópico- sus pechos de miel... Sentí –eso ya no lo soñé- que un impetuoso apéndice, impertinente y terco, presionaba con violencia sobre la cremallera de mis tejanos, como pugnando por ver también la tele conmigo.

Entonces, cuando estaba a punto de rozarla –topicazo- con la yema de mis dedos, entonces, en ese preciso momento, súbitamente me dormí.

JVTN




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