28 de julio de 2016

El bibliófilo y el bibliómano




«Del bibliófilo al bibliómano no hay más que una crisis (…) El bibliófilo sabe elegir los libros; el bibliómano los amontona. El bibliófilo añade un libro a otro tras someterlo a todas las indagaciones de los sentidos y la inteligencia; el bibliómano apila los libros sin mirarlos siquiera. El bibliófilo aprecia el libro; el bibliómano lo pesa o lo mide. El bibliófilo procede con lupa; el bibliómano, con vara. Sé de unos cuantos que miden la expansión de su biblioteca en metros cuadrados.»

[Me lo llevo, G.]

 

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