La presencia afectuosa de su madre, la mágica y distante de su
padre, la compañía teatral que creó con su inseparable hermana Erika, el
paso por diferentes colegios e internados, la toma de conciencia de la
propia sexualidad, la reputación de enfant terrible en los inicios de su actividad literaria… Con gran delicadeza, Klaus Mann revive en Hijo de este tiempo
(que se publicó por primera vez en 1932, cuando tenía veinticinco años)
su infancia y su juventud y lleva a cabo un pormenorizado retrato de la
vida cotidiana en Alemania durante la Primera Guerra Mundial y la
República de Weimar. En estas páginas aflora también una cuestión que lo
acompañaría a lo largo de su vida: ser hijo de un escritor como Thomas
Mann y tener inquietudes literarias propias.
[El Replicante D]
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