Las malas compañías

El Rastro, febrero de 2013

Nos encontrábamos en la Plaza de Don Gutierre el Amanuense, el Pescador y servidor. Ya era tarde para la ronda de los días de Tinofc, que bajaba con una bolsa con las últimas novedades en puerros, tomates y berza, y con su cigarrillo de novela negra.También echábamos en falta al Enciclopedista que apareció con ese aire de Holmes y su lupa para apreciar los pequeños detalles que a los demás se  nos escapan por las prisas.

De la nada de dos cajas rotas de cartón salieron unos libros de psicología y psiquiatría que hizo que el Amanuense se tirase al suelo, en señal de arrepentimiento, por desconfiar del material de los sábados. Nos enseñó el libro "Endocrinología y criminalidad" de Mariano Ruiz Funes, que tenía fotocopiado de sus años de estudiante con Quevedo en Salamanca. Nos comentó que toda la novela negra española  se había documentado con ese manual; Ya tenía la coartada perfecta para justificar el crimen que había cometido al pagar 70 euros por ése y siete libros más del diván de Sigmund.

Mientras descargaba el chileno Bolaño fuimos a ver unos tebeos del capitán Trueno al puesto del Pastor. Vimos facturar unas postales enmarcadas de toreros, camino de la nave del Empresario. El Pescador se quedó decepcionado esperando al toro a puerta gayola mientras Tinofc observaba desde burladero. Compró diez tebeos del valiente capitán a falta de una mejor oferta por todos.  La infancia como vino se fue sin dar explicaciones.

Cuando nos íbamos nos salvó el día un "3 libros por 5 euros" que nos hizo más dulce la multa del parking. El vicio de lo barato  como diría Larsen.