El Rastro, febrero de 2013 |
Todo coleccionista tiene un sueño recurrente: encontrar una viejita de noventa años que esté tratando de vender un viejo libro que tiene en casa, sin saber qué es, contar las líneas, ver que son efectivamente cuarenta y dos, y descubrir que es una de las Biblias de Gutenberg; después, entonces, calcular que a la viejita le quedan pocos años de vida y que necesita de curas médicas, decidir ahorrarle el encuentro con un librero deshonesto que quizás le daría sólo algunos miles de dólares (ella contentísima), ofrecerle en cambio cien mil dólares con los cuales ella, extasiada,
renovaría su vestuario hasta el día de su muerte, y conseguir así un tesoro para la propia casa.
Umberto Eco
[Colaboración de Panero]
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