«Entre todos los modos posibles de conseguir libros, el más glorioso es el de escribirlos uno mismo». Así ironizaba sobre su vocación literaria Walter Benjamin (1892-1940), contrapunto de Gershom Scholem (1897-1982) en el ejercicio brillante de autobiografía que constituye este libro. Los años de aprendizaje, las primeras decepciones y un enfrentamiento dispar con una tradición cultural idéntica, el judaísmo asimilado, constituyen el tejido de recuerdos que configura la memoria de una época fundamental de la cultura europea. Judaísmo y civilización burguesa en la polémica creativa de dos excepcionales pensadores de nuestro tiempo.
«Gershom Scholem era un adolescente precoz cuando se convirtió en el mejor amigo de Walter Benjamin. El relato de esta relación, crucial para ambos hasta el suicidio de Benjamin en 1940, es a la vez un tributo al genio de su amigo y un lamento por su autodestrucción personal e intelectual». The New York Times Review of Books.[El Replicante D]
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