Mucho han alabado los seguidores de Andrés Trapiello las cubiertas (diurna y nocturna) de sus "traducciones" del Quijote diseñadas por su hijo Guillermo, que es ciertamente un notable artista visual [sic].
Pero, suum cuique, la idea de utilizar molinos modernos de tres aspas en un diseño quijotesco hay que retrotraerla (por lo menos) al finado ilustrador leonés Tino Gatagán, de felice recordación.
[Piero de la Biondetta]
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