5 de junio de 2020

Manzanas para después de una pandemia







Manzanas para después de una pandemia



A los tres meses se nos permitió salir de la ciudad. Esperaba con ansia el momento de llegar al pequeño huerto que había heredado de mi madre. Lo primero que haría, sería retirar las manzanas podridas de donde las había almacenado en octubre, nunca habían durado en buenas condiciones desde su cosecha hasta mayo. Nada más abrir la puerta del almacén, se me echó encima, de golpe, el hedor insoportable de aquellos despojos fermentados. Una vez ventilada toda la nave, me acerqué a los estantes pertrechada de un guante en una mano y un cubo en la otra. La sorpresa fue mayúscula: alrededor de una docena de manzanas golden habían sobrevivido intactas en medio de tanta putrefacción. Por la noche, en casa, descubrí que no solo era su apariencia la que se había salvado, sino su delicioso sabor afrutado, porque resultaron incluso más dulces de lo que recordara. Pero…, claro…, esto es solo una historia de manzanas.


                                                                                 
José Miguel López-Astilleros


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