30 de noviembre de 2015
Lunes de Galbana
Ockham en los tiempos de Internet
Si Ockham levantara la cabeza, dictaría así su nuevo principio navajeril:
"Todo lo que aparece por centuplicado en Internet es prescindible".
[Leo Garduña]
Las malas lenguas
Un paisano mayor de los clásicos del Rastro, en el puesto de RETO, apoyándose en el borde de la ladera se quita un zapato, el calcetín y se mira el dedo gordo del pie:
- Joder cómo duele este juanete. Como siga así tendré que ir al pediatra.
Auténtico
Visto y oído por el Amanuense
Poleskine bestiario
Del merchandising de la editorial Kolima, que no sé si tiene algo que ver con los Relatos de Kolima de Varlam Shalamov, antes publicados parcialmente por Mondadori y ahora en su totalidad por Minúscula (en curso).
[Gromov]
29 de noviembre de 2015
Cresas en la carne (Novedad Ultramarina)
28 de noviembre de 2015
Cuadernos del Astillero Nº 2 (Novedad Ultramarina)
27 de noviembre de 2015
DAKOVIKA, segunda parte (una novela por entregas)
Capítulo 8
Seguí saliendo por el hotel fantasma. Realicé varias expediciones y fui dotándome de vestimenta de la que carecía a excepción del guardapolvo y las sucesivas vendas que era lo único que había llevado puesto desde que salimos de la casa de los Siena-Pombal. La indumentaria resultante era de lo más atrabiliario. Unos pantalones a rayas de camarero con una blusa de señora malva al principio. Luego fui sustituyendo unas prendas por otras de mejor armonía a medida que iban apareciendo en los armarios de las habitaciones.
Todo el hotel olía a yesos y maderas podridas y a vejez. Era imposible zafarse de ese olor estancado que daba la sensación de ahogarle a uno. Creo que llegaría algunos días a caminar doce kilómetros por el interior del hotel y tenía la sensación de que era infinito, de que no se acababa nunca, de que no llegaría a pasar por todos sus habitaciones y salones, por todas las dependencias auxiliares y, además, empecé a imaginar que tenía lugares secretos.
Un día quedé rendido a mitad de una de estas expediciones y me eché a dormir en la primera habitación que encontré. Se trataba de una de las más altas desde las cuales se podía ver toda la ciudad sin nombre. Al despertarme noté un fuerte olor desagradable. Salí al pasillo y vi a un metro de mí, en el medio de la moqueta roja un excremento. Me pareció reciente no sólo por el olor sino por el color y la humedad. Era además de procedencia humana, aunque también podía ser de un perro. Pero un animal no haría sus necesidades en medio del corredor sino en un rincón o al borde de una pared.
Aquello me inquieto y mis caminatas por el hotel abandonado ya no fueron tan despreocupadas. Empecé a pensar que alguien más vivía en el edificio y que, antes o después, tendríamos un encuentro sorpresivo y violento. Y aunque el hotel abandonado me parecía infinito y que no se acababa nunca no era lo suficientemente grande como para escondernos a nosotros y alguien más.
De las leyes no escritas del Rastro (VI)
Al Rastro hay ir:
· Temprano· Con cambio en moneda· Con algún billete· A lo que salga· Con bolsas varias· Con bolsillos de cremallera
Al Rastro no hay que ir:
· Con niños· Con mascotas· Con parientes· Con compañía en general· Con lista de la compra· Con prisa
[Bubble Boy]
26 de noviembre de 2015
Biblioclasmo
Nazarín:
Nada quiero con libros ni con periódicos. Todo lo que sé bien sabido lo tengo, y en mis convicciones hay una firmeza inquebrantable; como que son sentimientos que tienen su raíz en la conciencia, y en la razón la flor, y el fruto en la conducta. ¿Les parezco pedante? Pues no digo más. Sólo añado que los libros son para mí lo mismo que los adoquines de las calles o el polvo de los caminos. Y cuando paso por las librerías y veo tanto papel impreso, doblado y cosido, y por las calles tal lluvia de periódicos un día y otro, me da pena de los pobrecitos que se queman las cejas escribiendo cosas tan inútiles, y más pena todavía de la engañada Humanidad que diariamente se impone la obligación de leerlas. Y tanto se escribe y tanto se publica, que la Humanidad, ahogada por el monstruo de la Imprenta, se verá en el caso imprescindible de suprimir todo lo pasado. Una de las cosas que han de ser abolidas es la gloria profana, el lauro que dan los escritos literarios, porque llegará día en que sea tanto, tanto lo almacenado en las bibliotecas, que no habrá la posibilidad material de guardarlo y sostenerlo. Ya verá entonces el que lo viere el caso que hace la Humanidad de tanto poema, de tanta novela mentirosa, de tanta historia que nos refiere hechos cuyo interés se desgasta con el tiempo y acabará por perderse en absoluto. La memoria humana es ya pajar chico para tanto fárrago de Historia. Señores míos, se aproxima la edad en que el presente absorberá toda la vida, y en que los hombres no conservarán de lo pasado más que las verdades eternas adquiridas por la revelación. Todo lo demás será escoria, un detritus que ocupará demasiado espacio en las inteligencias y en los edificios. En esa edad —añadió, en tono que no vacilo en llamar profético—, el César, o quienquiera que ejerza la autoridad, dará un decreto que diga lo siguiente: "Todo el contenido de las bibliotecas públicas y particulares se declara baldío, inútil y sin otro valor que el de su composición material. Resultando del dictamen de los químicos que la sustancia papirácea adobada por el tiempo es el mejor de los abonos para las tierras, venimos en disponer que se apilen los libros antiguos y modernos en grandes ejidos a la entrada de las poblaciones, para que los vecinos de la clase agrícola vayan tomando de tan preciosa materia la parte que les corresponda, según las tierras que les toque labrar." No duden ustedes que así será, y que la materia papirácea formará un yacimiento colosal, así como los de guano en las islas Chinchas; se explotará mezclándola con otras sustancias que aviven la fermentación, y será transportada en ferrocarriles y buques de vapor desde nuestra Europa a los países nuevos, donde nunca hubo literatura, ni imprentas, ni cosa tal.
El reporter:
¿Qué puede esperarse de un hombre que propone que los libros, el santo libro, y el periódico, el sacratísimo periódico, todo el producto de la civilizadora Imprenta, esa palanca, esa milagrosa fuente..., todo el saber antiguo y moderno, los poemas griegos, los Vedas, las mil y mil historias, se dediquen a formar pilas de abono para las tierras? ¡Homero, Shakespeare, Dante, Herodoto, Cicerón, Cervantes, Voltaire, Víctor Hugo, convertidos en guano ilustrado, para criar buenas coles y pepinos! ¡No sé cómo no ha profetizado también que las Universidades se convertirán en casas de vacas, y las Academias, los Ateneos y Conservatorios en establecimiento de bebidas o en establos para borras de leche!
[Gromov, galdosófilo]
25 de noviembre de 2015
Agorafobia
Greek Fleamarket |
-Sócrates, que era muy aficionado a los mercadillos de Atenas, decía que los más inteligentes no eran quienes iban a comprar o a vender, sino los que simplemente iban a mirar.
-Falso: los más listos son los que, para no perder el tiempo, se quedan en casa y no van.
[Cándido y Viperino]
24 de noviembre de 2015
Nosotros los solitarios
Los restos del naufragio
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