13 de junio de 2020

Encuentro equívocos ultramarinos







ENCUENTROS EQUÍVOCOS ULTRAMARINOS EN LA NUEVA NORMALIDAD


Versión del primer personaje

Ayer por la tarde me encontré a X. Lo saludé y me dijo que tenía una cosa para mí. Acto seguido, me tendió la mano con una bolsa. A través de la mascarilla puesta le mal entendí que había unos libros y una huevera. Como insistía, a pesar de mi escepticismo, antes de que mi mano tomara la bolsa, arguyó que él era muy de reciclar todo, cosa que no entendí en tal situación. Total, que agarro la bolsa perplejo, y sin saber qué decir me la quedo. A su vez él se marcha sin añadir nada más tampoco. Momento que aprovecho para abrirla y comprobar que solo había un cartón de huevos. Así las cosas y con mi desilusión a cuestas, camino unos pasos hasta el contenedor de papel y lo arrojo ahí. Pero dos pasos más allá después del delito, me asalta la duda sobre la posibilidad de que toda la bolsa en sí o lo que contuviera, fuera una obra incomprensible y valiosa de arte contemporáneo, o quizás tal vez hubiera algo de valor dentro de la huevera. Así es que me arrepiento de mi probable ignorancia, vuelvo al contenedor y la rescato, abro la huevera, y compruebo que no contenía absolutamente nada. De nuevo la arrojo al contenedor, entre maldiciones al arte contemporáneo y a mi excesiva candidez. Aunque, pensándolo bien, tal vez solo quería deshacerse de unos simples residuos y me hubiera rogado que lo hiciera por él, ya que los contenedores estaban próximos a la dirección en la que caminaba.

Versión del segundo personaje

Como soy de comprar en proximidad, y a poder ser directo a productores, con el COVID y el encierro en casa me han fallado mis sistemas de avituallamiento. A inicios de esta semana alguien me pone en contacto con alguien que vive cerca, pero que en un pueblo tiene conejos, pollos, huevos, etc. Así que le compré una buena remesa de provisiones.
Como también soy muy de reciclar, le dije que le devolvería las bolsas, envases, etc. para que los use con otros compradores o conmigo en otro momento. Así que hace unos días le llevaba todo el reciclaje de bolsas y envases y me lo encontré en la calle un poco antes del punto de encuentro, así que le saludé, le di las bolsas diciéndole que le serían útiles y continué mi camino.
El problema es que ese señor no era quien yo creía que era, sino otro con rasgos y complexión parecidos. La coincidencia, el parecido y, sobre todo, la mascarilla me confundieron.
Al principio me preocupé un poco por el error. ¿Quién será? ¿Qué estará pensando ese pobre hombre al que le endosé las bolsas? Pero ya se me pasó la preocupación. Ahora es una anécdota para hacer risas de esta situación de andar embozados por la calle.
No sólo os escribo para contaros el suceso y que, de paso, os desternilléis; sino porque he llegado a la conclusión de que es posible que conozcáis a ese hombre. He estado repasando y repasando fisonomías en mi frágil memoria y creo que es posible que esas bolsas se las diera a un miembro del grupo ultramarino.
Si alguien os cuenta una historia de un loco que va por la calle repartiendo bolsas y envases vacíos, que sepáis que he sido yo.

[El cuervo]



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