21 de febrero de 2015

Las malas compañías



El Rastro, invierno de 2015





“Oye, el blog esta semana ha estado en su punto: poco y bien hilado. No sé si sabrás que los amigos Charlus y Jupien se han ido esta mañana a Burgos, a la Feria del Libro Antiguo. Cuanto más despejado esté el cielo mejor vemos el sol”, esas fueron las primeras palabras que escuchamos al polaco al llegar al vertedero.
 En el puesto del anticuario del tendido hacían penitencia los cofrades de la santa austeridad: el Amanuense, Bombita y el Ilustrado. Cuando pidieron precio se oyó la habitual letanía del depende. Gracias a la técnica del libro más grueso encima del lote (pides precio y cuando te lo dan retiras el primer libro, la cuenta te queda a la mitad), el Amanuense dejó con la boca abierta al resto de Ultramarinos, haciendo gala de su maestría de bachiller.  

Nos confesó el Cronista de Indias su pasión por los bichos y las plantas: "siempre quise ser biólogo pero por diversos motivos no me cuadró; en mi casa hay más libros de flora y fauna que de las demás artes. Mirad, esta plantita que está ahí es abrótano, un olivo en miniatura, no os digo el nombre en latín por no caer en la pedantería del Docto Spsavic”.
Según pasábamos por un puesto ambulante oímos como se desgañitaba el chatarrero mostrándonos su oferta: "Tengo la Virgen del Pilar hecha con pan de oro, pan de hogaza y pan de harina. Por 10 eiros te la doy y no me digas nada, de paso te regalo dos entradas para el Musac para que vayas acompañado”. ¡Cuánta labia! Pero el Amanuense picó y se la llevó, las entradas se las dio a Larsen para que vaya a ver  al caballo de Troya en el ovni.
El chico del millón de libros nos dijo que todos estaban a dos euros, quería volver ligero para casa. Como siempre los libros que nos interesaban no entraban en la oferta. “Pero qué os pasa siempre elegís los más caros, ¿dónde está la crisis?”

En los tiempos de claustro y penuria fue el Amanuense, con la expansión demográfica le conocieron como el Cronista de Indias y ahora, que han desahuciado a la incertidumbre, es el entomólogo (el Grissom del CSI rastrero). Este personaje camaleónico nos contaba sus aventuras en Cadórniga donde, asesorado por un maltratado Gromov, logró arrancarle al profeta Elías (Anticuario ambulante) la obra completa de Balzac y de Traven en la editorial Aguilar por una suma ridícula.
Se nota que la crisis ha mellado el carro del librovejero y que los precios se ha vistos afectado por la ley de Newton (todo lo que sube tiene que bajar).
Seguía hablando de las pocas alegrías que le da la vida cuando apareció Vinilo Vitrubio, lector emperdernido de Ovidio, con su bolsa de  libros de escuela. “Sólo te falta el pupitre y el pizarrín” le dijo Tinofc. “Ésos los tengo en el pueblo con mi infancia”.
Cuando me aburro en la oficina entro en vuestro blog y paso un buen rato adivinando quién es el Amanuense, Garduña y el polaco; poco a poco ya me voy enterando, pero tenéis más heterónimos que Pessoa. Os dejo que voy a dejar esto al pueblín. Allí prepararé un cabrito regado con un Rioja, después un capítulo de la Metamorfosis y a dormir la siesta”

Con el paso rápido del que roba manzanas llegó el hidalgo de Matallana. Con rostro de pastor irani, cazadora de cuero y una gorra de béisbol parecía que llegaba del carnaval de La Bañeza. "¡Cuánto tiempo sin verte!, ¿qué es de tu vida?". “Invernando en el pueblo y veraneando en la FEVE”. Como siempre se va por las ramas, nos contó la historia de un hermano de su abuelo, quinto de franco, que era clavado a  los turcos, viniendo de una familia de iglesia. “De ahí vienen tus rasgos anatólicos”, le dijo Larsen. “Cállate cenutrio, me has interrumpido y se me ha ido el santo al cielo. Ahí os quedáis, voy a aprovechar la mañana antes de que se llene de espantapájaros”

Cuando nos íbamos, Tinofc se acercó a por unas aceitunas y el kioskero lo reconoció. "Llevo treinta años viniendo al mercado y no hay ni un solo día que no te haya visto por aquí. Pero, ¿nunca coges vacaciones?”  “Sí, de lunes a viernes, en el mes de agosto”, le contestó el polaco. “ ¡Ay, qué jodío!”
“Ahora que lo pienso nos reíamos del maleficio de los siete años por romper el espejo de Cantareros y desde entonces, el anticuario cerró y Gromov no levanta cabeza”, con este inquietante pensamiento del Amanuense volvimos cada uno a su patria, su biblioteca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.