22 de junio de 2015

La obra que no se hará





Del Libro del Desasosiego, comprado ayer en el mercadillo de Valladolid y abierto en plan bibliomántico:


Saber que será mala la obra que no se hará nunca. Peor, sin embargo, será la que nunca se haga. La que se hace queda, por lo menos, hecha. Será pobre pero existe, como la planta mezquina en la maceta única de mi vecina tullida. Esta planta es su alegría, y a veces también la mía. Lo que escribo, y reconozco que es malo, puede también proporcionar unos momentos de distracción de algo peor a un u otro espíritu afligido o triste. Eso me basta, o no me basta, pero sirve de alguna manera, y así es toda la vida.

Un tedio que incluye sólo la anticipación de más tedio; la pena, ya, de tener mañana pena de haber tenido pena hoy -grandes enmarañamientos sin utilidad ni verdad, grandes enmarañamientos…

…donde, encogido en un banco de espera de la estación apeadero, mi desprecio duerme entre el gabán de mi desaliento…

…el mundo de imágenes soñadas de que se compone, por igual, mi conocimiento y mi vida…

Para nada me pesa o dura en mí el escrúpulo de la hora presente. Tengo hambre de la extensión del tiempo, y quiero ser yo sin condiciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.