9 de septiembre de 2014

De contemptu mundi


Fresco de Benvenuti que representa a Boccaccio en su casa natal de Certaldo




Carta de Boccaccio a Pino dei Rossi (frag.)


Yo, según el propósito del que os hablé, he vuelto a Certaldo y aquí he empezado con mucha menos dificultad de la que creía que iba a tener, a arreglar mi vida; y ya comienzan los gruesos paños a gustarme, y las campesinas viandas; y el no ver las ambiciones y los desagrados y las molestias de nuestros ciudadanos me sirve de tanto consuelo al alma que, si pudiera estar sin oírlas nunca, creo que mi reposo mucho crecería. En lugar de las continuas intrigas de los ciudadanos veo los campos, collados, árboles de verdes frondas y varias flores revestidos; cosas sencillamente producidas por la naturaleza mientras las ciudadanas son todas fingidas. Oigo cantar los ruiseñores y los otros pájaros con no menos deleite que con fastidio estuve oyendo todo el día los engaños y las deslealtades de nuestros ciudadanos; y con mis libricos tantas veces cuantas me viene en gana, sin ningún empacho puedo conversar libremente. Y, para concluir, en pocas palabras, el estado de mi mente, os digo que creería aquí, mortal como soy, gustar y sentir la eterna felicidad…



Boccaccio, con su casa de Certaldo al fondo, donde tal vez escribiera algunos de los cuentos del Decamerón, como el de Nastagio degli Onesti que figura en esta ilustración de Fernando Vicente


(De Boccaccio y su época, por Vittore Branca)

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