el lector
Así el lector se inclina, fervoroso,como en la tierra el labrador, al alba,abre los grumos. Y oye al pájaromás allá de la tierra, mientras rompela claridad, decir su canto, y sabeque sólo allí, sobre la tierra, canta.Líneas, surcos, estrellas que abandonanla noche. Son los signos. La miradaabre la tierra oscura. Ahora la mano,trémula y sigilosa, da la vueltaa la hoja, y prosigue. Va leyendoel sol en el terrón deshecho. Ramas,hojas iluminadas, piedrasaquí y allá desde el origen dicenlas lindes, el secreto de la tierraentregada a la mano. Y se abre pasoentre la luz, mira los árboles. ¡Lenguajeque lo posee, y es él, y dice con la luzel borde de la piedra, la lisurade la hoja de marzo que se enhebraal aire! Y lo que lee, el cielo
sin nubes, la terraza en la montaña,el huerto breve junto a los lentiscos,la ladera entre el sol y el surco oscuro,es la tierra tendida, iluminada.Y se detuvo. Y miró en tornoel aire claro, el sol y la desnudanerviación de la hoja en marzo, lisay recorrida por la savia comoel ojo recorrió y amó la tierra.
(ASR)
[para T.O.]
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