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La ilegible Biblia sueca |
[Ramificaciones del Delta: el
comando ultramarino (a excepción de Bombita, ausente) se despliega examinando diverso
material de aluvión.]
ILEGIBLE
Larsen: Mira Gromov, [deletrea] B-i-b-e-l-n: ¡es una Biblia en extranjero! ¿No la quieres para tu colección?
Gromov: [mientras la ojea]: Yo no colecciono nada; aunque sí, me interesan mucho las biblias. Pero ésta, es totalmente ilegible.
Larsen: [se ríe] ¿Y qué esperabas, si está editada en… [lee el pie de imprenta]…
¡Estocolmo!?
Gromov: Pensé que se podría sacar algo por el
contexto. Hace unas semanas encontré unas Sagradas
Escrituras en portugués, muy interesantes, hurgando entre el bibliotecaos del
ponferradino. La traducción era la de Ferreira de Almeida, que es la
equivalente a la nuestra de Reina-Valera. Y se entendía muy bien.
Tinofc: [irónico] Es que Gromov tiene don de lenguas. ¿No sabéis que estudió idiomas
en la “Academia Pentecostés”…? Por eso está en su salsa en esta zona del Rastro,
que es un Babel en miniatura, donde te puedes encontrar cualquier lengua viva o
muerta.
Amanuense: Es verdad: yo una vez me compré aquí
una Ilíada bilingüe griego-alemán; y no entiendo palabra de ninguno de los dos idiomas.
Gromov: Y yo una Anna Karénina en cirílico.
Larsen: Bueno, es que a veces te quedas
pillado por la encuadernación, o la tipografía, o el papel, o las
ilustraciones… y el texto te da igual.
Tinofc: Pamplinas: eso es fetichismo del
libro.
Amanuense: No; yo creo que cuando uno compra algo
en otro idioma, es porque todavía tiene una secreta y utópica esperanza: la de
llegar a ser capaz de traducirlo y entenderlo, aunque sea por ciencia infusa.
Gromov: Es verdad: el extraer el sentido de
un texto es algo que te pide el cuerpo cuando entre legajos ves una carta o un
documento cuyo asunto se te escapa. Y a la inversa, uno también tiene a veces
el capricho de cifrar algo para que sólo él y quien él quiera, tengan
conocimiento de su significado, oculto al resto mundo. Por eso nos atraen tanto
los mensajes encriptados y el manuscrito Voynich.
Larsen: ¿Cuálo?
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El indescifrable manuscrito Voynich |
Gromov: Es un códice con unas delirantes
ornamentaciones pero cuyo contenido real todavía hoy se ignora, pese a todos los
embates por perlustrarlo.
Larsen: ¿Lo qué? Habla en cristiano.
Amanuense: “Perlustrar” significa desentrañar algo; es castellano
antiguo.
Tinofc: A mí, ese manuscrito Voynich me deja
al fresco. Yo lo que quisiera descifrar no son los libros, sino las personas: “esa
lucha entre Dios y el Diablo cuyo campo
de batalla es el corazón humano”, como decía Dostoievski en los Karamazov.
Gromov: Sí, eso es muy ruso; allí dicen también que
“el alma ajena es un misterio”.
Larsen: Lo que realmente es incomprensible,
Gromov, es cómo podemos llegar a soportarte: porque aunque te diriges a
nosotros, sólo hablas para tí mismo, por el solo placer de oírte en voz alta. Talmente
parece que articularas un discurso que exclusivamente tú entiendes [se ríe de nuevo].
Gromov: No te descojones tanto, Larsen. Que
aquí, el único ininteligible eres tú; y no me refiero sólo a tus apuntes
taquigráficos, que a saber lo que dicen. Estoy pensando en lo que escribes y luego
publicas, especialmente esas retahílas que tanto te gustan por lo poco que te exigen:
una mera transcripción inconexa, y tan opaca como lo fue la escritura
jeroglífica o la cuneiforme de las tablillas mesopotámicas. Con el tiempo se necesitará
otro Champollion o un nuevo Ventris para poder descifrarlo.
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Los modelos literarios de Larsen |
[Ego defendam te calamo (Spasavicus)]