23 de diciembre de 2013

El búho (Librería anticuaria La Trastienda)


El búho lector, logo de La Trastienda

Se contaba en filandones y tertulias de antaño que las lechuzas se colaban cual beatas por las sacristías de las iglesias para picotear los cabos de vela y beberse el aceite de las lamparillas. En cambio los búhos, librepensadores ellos, se pirraban por los pergaminos de antiguos legajos y la tinta de los hoy desaparecidos recados de escribir de trastiendas y reboticas, lugares propicios para el contrabando y la conspiración.


Que sepamos, la librería anticuaria la Trastienda es la decana del libro de lance en León (si descontamos el tabuco de "la judía", donde nunca llegamos a comprar nada). En 2014 cumplirá treinta años y, hasta donde alcanza nuestra memoria, el búho ha sido siempre su animal tutelar. Su escaparate y decoración interior luce decenas de  réplicas de estas rapaces nocturnas con la indicación caligrafiada: “No insistan, no están a la venta”. Su propietario, Adonino Llamazares, es un auténtico profesional: un aguililla del alfarrabio que siempre ha manejado el percal con conocimiento de causa y a quien difícilmente se la darán con queso. Prefiere que le llamen Moncho y es clavado al barítono Carlos Álvarez.

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[Gromov]

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