Los hipódromos del corazón. El Rastro, invierno del 2013 |
El destino ha de existir.
Así lo certifican los boomeranes y las tortugas migratorias
que ya han estado allí
y ya vuelven.
La inteligencia es el lanzamiento con pértiga del corazón.
La locura, como tantos otros extravíos, se debe a que el espíritu se enamora locamente de los pararrayos.
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