21 de mayo de 2013

La garza


El Rastro, primavera del 2013




La garza blanca (Ardea alba)


Hay una leyenda de la mitología griega que tiene que ver con la garza. Se trata de la leyenda de Escila, hija de Nisos. Por amor a Minos, el rey de Creta que ansiaba el reino de Nisos, Escila traicionó a su padre. Entonces, Minos venció a Nisos y se apoderó de su patria, gracias a Escila.
Sin embargo, no mantuvo su promesa de casarse con ella y, aterrorizado por la traición hacia su padre, la ató a la proa de su navio de guerra. Los dioses del Olimpo se apiadaron de ella y la salvaron de morir ahogada y la transformaron en garza.
Por ello, pudo emprender su vuelo libremente hacia el cielo. Desde entonces, la garza simboliza al mismo tiempo la pasión ciega, la traición y la redención. Por otro lado, al observar esta ave hurgando en las marismas con su largo pico para buscar alimento, nuestros antepasados hicieron de ella el símbolo viviente de la curiosidad, pero también el de la indiscreción.




[Todas las mañana del Rastro antes de empezar la ronda, Mario nos invitaba a acercarnos al río para ver la garza blanca. Desde que se fue nuestro amigo no la hemos vuelto a ver. ]







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