21 de abril de 2014

Biografía





[Sábado cadorniguero de Gloria, a las nueve y pico de la mañana. Tinofc regresa de la plaza con un par de bolsas de hortalizas y tubérculos cuando, con su rádar curtido en mil rebuscas, localiza al instante un ejemplar encuadernado en piel marrón de entre un lote de libros religiosos que ni siquiera habían sido bajados de la furgoneta. Todo esto ocurre ante las mismas narices del Amanuense y Gromov, que desde hace rato miran sin ver. Bombita, por su parte, se dedica a catar febrilmente el alijo desde el interior mismo del vehículo.]

Gromov: [arranca el ejemplar de las manos de Tinofc, que opone resistencia] ¡Tranquilo hombre, que sólo quiero ver qué es! [Son las Biografías Completas de Gómez de la Serna en la colección de Autores Modernos de Aguilar. Distrae el marcapáginas, con la efigie de Ramón, y se lo mete subrepticiamente en el bolsillo].























Tinofc: Te he visto, bibliopirata; ya me lo estás devolviendo, que es lo mejor del libro y lo voy a comprar solo por él.

Gromov: [lo vuelve a colocar en su sitio]. ¡No exageres, hombre!… Ya he oído que las biografías de Gómez de la Serna tienen mucho de invención (de la manquera de Valle Inclán, por ejemplo, dio varias versiones distintas, a cual más delirante), pero no por ello deja de ser un libro de mucho interés.

Tinofc: Es que no me gustan las biografías. Me producen la misma aversión que las momias de los museos: un intento frustrado de dar impresión de vida.
Gromov: ¡Otra vez las momias! Eres un necrófobo.

Amanuense [terciando]: Ya que habláis de biografías, ¿habéis visto una de Colón, azul, gruesa, que andaba rodando por aquí?

Bombita: La tenía apartada con mi lote, pero ha debido de traspapelarse al bajar los libros de la furgoneta.




Gromov: Yo también la vi: era la de Madariaga, en la editorial Sudamericana. [Hace ya un rato que se la ha llevado el Enciclopedista]. Y tú, Amanuense, ¿qué opinas de la biografía como género literario? ¿Tienes alguna que aprecies especialmente?

Amanuense: Hay dos que me gustan a rabiar, pero no son biografías individuales, sino colecciones. Son las Vidas Paralelas de Plutarco (las tengo en la primera versión castellana, de Ranz Romanillos) y las Vidas de los Filósofos Ilustres de Diógenes Laercio (éstas, en una edición ilustrada con la traducción de Ortiz y Sanz). Las primeras influyeron muchísimo en Rousseau y la Revolución Francesa, y las segundas fueron una de las lecturas favoritas de Baroja por lo entretenidas que son. Si esto no las avala…

Gromov: Yo las tengo en Alianza, en la traducción de García Gual, y es verdad que son muy amenas. ¿Y qué preferís, las biografías críticas o las noveladas?

Tinofc: ¿Cómo el Quijote novelado?

Gromov: No me vaciles, polaco. Estaba pensando en las biografías de Tolstói y Dostoievski por Troyat, las de Dickens y Shakespeare por Ackroyd o, aquí en España, donde tenemos menos tradición, las de Cervantes y Baroja de Sebastián Juan Arbó. Aunque ya os adelanto que yo las prefiero documentadas y con gran aparato crítico, como la de Proust por Painter o la de Galdós por Ortiz Armengol (¡ojo!, pero no la versión reducida).

Bombita: Pues a mí las que me gustaban eran las Vidas Ejemplares de la Editorial Novaro. Eran biografías de santos para un público joven, en cómic, que me daba semanalmente el cura de mi pueblo por ayudarle a misa como monaguillo. ¡Qué tiempos!


Tinofc: Joder, pues no se te pegó nada bueno. 
Bombita:  Sí: ¡el gusto por el licor!

[Spasavic estuvo allí y da fe]

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